Cientos de manifestantes, en su mayoría indígenas, irrumpieron el martes en la sede de la Asamblea Nacional de Ecuador en medio de protestas que comenzaron la semana pasada por el aumento de combustible decretado por el Gobierno de Lenin Moreno. Aquellos en la línea del frente lograron acceder al Parlamento, aunque las fuerzas de seguridad los expulsaron poco después con gases lacrimógenos. La tarde del martes, el Gobierno decretó el toque de queda después de las 20.00 en áreas cercanas a edificios gubernamentales.
Después de marchar cientos de kilómetros en algunos casos, los manifestantes llegaron a la capital con el propósito de obligar al presidente a retirar o negociar su batería de ajustes económicos, comenzando con la eliminación del subsidio estatal al combustible. De lo contrario, dicen, están listos para resistir. La tensión se disparó esta tarde alrededor de la Asamblea Nacional, en vísperas de una huelga nacional convocada para este miércoles. "¡Fuera Moreno!" Era el eslogan más fletado.
"Queremos sacarlo", dice. Bolívar Naula, quien viajó con su familia desde Latacunga, una ciudad a unos 100 kilómetros al sur de Quito. "No puede soportarlo más, estamos en problemas", dice Luis Lema, de 47 años. Este agricultor de la región de Cotopaxi, en el centro del país, rechaza tanto las medidas de Moreno como las de de su predecesor, Rafael Correa. "Son de la misma cúpula", dice con otros dos agricultores, rodeados por un dispositivo policial fuerte.
El Ejecutivo acusa a Correa de haber orquestado estas protestas para debilitar a Moreno, quien hace dos años y medio era su candidato electoral y ahora es su principal rival político. "Ellos son los que están detrás de este intento de golpe de estado y están utilizando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización para saquear y destruir a su paso", dijo el lunes el actual presidente. "Ahora nos llaman líderes golpistas". , el ex presidente respondió: "cuando los que destruyeron la Constitución y la democracia siempre fueron ellos, cuando tuvimos dos años de la peor persecución política". Correa, quien fue a Bélgica para dejar el cargo y tiene una docena de investigaciones judiciales abiertas, no oculta, en ningún caso, sus ataques al Gobierno, su rechazo a la reacción de las autoridades y exige un avance electoral.
El sector del transporte fue el primero que se movilizó antes del paquete de ajuste anunciado por Moreno. Sin embargo, el taxista Luis Alfredo Galarraga, directamente afectado por el aumento en el precio del combustible, evita quejarse. "Era necesario, pero no pudieron explicarlo", dice sobre el comportamiento del gobierno. Un galón (alrededor de 3.8 litros) de gasolina pasó de 1.68 euros a 2.09.
Los transportistas, que a fines de la semana pasada levantaron la huelga, se unieron a las protestas indígenas. Antes de las nuevas movilizaciones, el Gobierno decidió cambiar su sede de Quito a Guayaquil, en la costa. Una decisión contemplada en la Constitución aunque con una fuerte carga simbólica. Los manifestantes finalmente llegaron a la capital y se dirigieron al Parlamento, derribaron las vallas de seguridad que rodeaban a la Asamblea y ocuparon el vestíbulo del edificio. La actividad parlamentaria ya había sido suspendida. También se escucharon varias detonaciones en la avenida cercana el 6 de diciembre y cerca del Parque Arbolito, un lugar tradicional de concentraciones indígenas, donde llegaron vehículos blindados antidisturbios. Al mismo tiempo, en otro sector de la capital, cientos de personas se concentraron en la avenida de los shiríes para rechazar la presión del gobierno.
El día clave para medir el impacto de las protestas será, en cualquier caso, este miércoles. Los organizadores de la huelga esperan que el día movilice a decenas de miles de personas. En la capital ha habido las protestas más violentas desde que se convocaron las manifestaciones después de las medidas económicas anunciadas por el presidente. Al menos 570 personas han sido arrestadas desde el jueves pasado.
Un joven que resultó herido en una de las protestas que tienen lugar en Quito murió el martes en un hospital, informa la agencia Efe. Desde que comenzó la ola de protestas ha habido cuatro muertes. En este caso, es Marco Oto, de 26 años, quien supuestamente fue atrapado junto con otros jóvenes entre una puerta de metal y agentes motorizados en un cruce peatonal elevado, según la declaración de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu).
"La transferencia se realizó con gran dificultad debido a la negativa de los manifestantes en el sector que impidió el avance de la ambulancia", según la policía. Por el momento, la instancia policial no ha confirmado la muerte del joven, descartando cualquier hipótesis que relacione a sus agentes con la muerte.