Hablar con frecuencia más de un idioma podría reducir el riesgo de envejecimiento acelerado y contribuir a mantener una mejor salud cerebral y física, además de ralentizar los procesos biológicos asociados a la madurez y reforzar la resiliencia a lo largo de la vida.
Así lo revela un estudio publicado este lunes en la revista Nature Aging, elaborado por un grupo de investigadores europeos, que advierte que las personas monolingües tienen más del doble de probabilidades (2,11 veces) de experimentar un envejecimiento más rápido.
Por el contrario, quienes dominan al menos un idioma adicional presentan 2,17 veces menos riesgo de sufrir ese tipo de deterioro, según los datos recopilados en 27 países europeos.