Seguimos empeñados en meter entre ceja y ceja a los demás, que quienes no poseen una carrera universitaria, son don nadies.
Es un anacronismo, una demostración de ignorancia y la intención de pretender, que se adquiere una notoriedad que coloca a los agraciados por encima de los demás.
Cientos de licenciados en comunicación no han alcanzado una posición ni medianamente relevante, para no decir que no aprendieron nada.
Miles de licenciados en derecho no han logrado llegar a abogados y apenas unos cuantos pueden ser calificados como juristas y menos aún, jurisconsultos.
Más de la mitad de las universidades debieran ser convertidas en institutos o politécnicos para preparar técnicos que hoy tienen una gran demanda.
Y no es teoría, un chofer de camión transportador de combustible, gana más de 80,000 pesos al mes y todas las compensaciones que establece la ley.
La mayoría de los licenciados, no importa a que sector estén involucrados, están desempleados o perciben salarios que no sobrepasan los 40,000 pesos.
Los líderes de las grandes empresas tecnológicas, no ven currículum, indagan los elementos cognitivos de los aspirantes a trabajar en sus industrias.
Si queremos un verdadero desarrollo, tomemos decisiones trascendentes, imitemos el modelo educativo y pedagógico de Singapur.
Dejemos la desagradable forma de presentarnos con el título, como si fuera parte del nombre, creyendo que eso por si sólo sería una demostración de superioridad!