El laboratorio estadounidense Johnson & Johnson (J&J) segregará su negocio de consumo e higiene personal, que incluye marcas como Neutrogena o Listerine, en una nueva compañía cotizada al margen de su negocio farmacéutico con el objetivo de acelerar el crecimiento y generar valor, según confirmó la multinacional, que sigue así los pasos de otros conglomerados como General Electric o Toshiba.
La multinacional confía en que la operación será calificada como libre de impuestos bajo la legislación fiscal federal de Estados Unidos y espera completarla en un período de entre 18 y 24 meses en función de diversos requisitos, incluyendo el dictamen favorable de la agencia tributaria estadounidense sobre el tratamiento fiscal de la separación.
Según lo previsto, la nueva Johnson & Johnson combinará las actividades farmacéuticas y de dispositivos médicos, que en 2021 se prevé que generarán ingresos por importe de unos 77.000 millones de dólares (66.432 millones de euros), y estará presidida por Alex Gorsky, mientras que el cargo de consejero delegado corresponderá al español Joaquín Duato, a partir del 3 de enero de 2022, quien liderará la nueva Johnson & Johnson tras completar el proceso de separación.
De su lado, la compañía estima que el negocio de consumo que será segregado en una nueva empresa cotizada generará este año en torno a 15.000 millones de dólares (12.941 millones de euros) en ingresos, con marcas líderes en segmentos como el cuidado de la piel, los cuidados para bebés o productos de higiene femenina.
De este modo, se espera que el diseño organizativo planificado para la nueva compañía de salud para el consumidor se complete a finales de 2022, por lo que los empleados de la misma continuarán participando en los programas actuales de pago, beneficios y jubilación de Johnson & Johnson hasta finales del próximo año.
“Esta transacción crearía dos empresas financieramente sólidas y líderes en sus respectivas industrias”, declaró Joaquín Duato, destacando que, según lo planificado, la nueva Johnson & Johnson y la empresa de consumo creada, podrían asignar recursos de manera más eficaz, impulsar el crecimiento y generar un valor significativo.
Cabe recordar que el Tribunal Supremo del Estado de Oklahoma anuló el pasado martes la decisión de hacer pagar a la farmacéutica Johnson & Johnson 465 millones de dólares por su papel en la crisis de los opiáceos.
Un juez había condenado en 2019 a la empresa a pagar esta suma para financiar durante un año programas destinados a remediar la crisis de adicciones, que causó más de medio millón de muertos en veinte años en Estados Unidos.
El tribunal basó su fallo en la ley contra los perjuicios públicos, al estimar que la empresa había adoptado prácticas “engañosas de marketing y promoción de opiáceos”.
Fue el primer juicio civil contra un laboratorio de Estados Unidos relacionado con los opiáceos.
El Estado reclamaba inicialmente 17.000 millones de dólares de indemnización correspondientes a veinte años de financiación de estos programas.
&J, al igual que otras farmacéuticas como Purdue, que fabricaban OxyContin, y grandes distribuidores estadounidenses de medicamentos, están acusados de haber realizado, a partir de 1996, una promoción excesiva de sus medicamentos contra el dolor, provocando una crisis de dependencia que está en el origen de una explosión de sobredosis.
Los distribuidores AmerisourceBergen, Cardinal Health y McKesson, así como J&J, aceptaron a fines de julio pagar 26.000 millones de dólares para saldar miles de litigios relacionados con la crisis de los opiáceos.