Desafining José José | Cultura

Guillermo Reséndiz, de 43 años, estaba en su herrería en Tlalnepantla cuando el sábado a la 1.35 p.m. escuchó en la radio que José José había muerto. Dejó de golpear el hierro, apoyó el martillo, se sentó y abrió una cerveza. Luego abrió otro, otro y no se detuvo hasta el domingo. 24 horas seguidas en las que pasó el vinilo de José José, mientras descorchaba una boba (botella grande de cerveza) tras otra. Moviendo la cabeza hacia arriba y hacia abajo, su esposa confirma resignada punto por punto la versión.

Fernando Domínguez, de 29 años, es de Ecatepec y se mueve con muletas después de que cayó un rayo que destruyó su pierna derecha. Desde entonces se gana la vida cantando en el metro de la Ciudad de México y en los bares. Después de la una del sábado por la tarde, deambulaba con las muletas entre las mesas en los comedores del Centro Histórico cuando vio un letrero en la televisión que anunciaba la muerte del intérprete. Con lágrimas en los ojos, seguía agitando su gorra entre las mesas mientras cantaba. Lo que no fue, no será, la canción que más le recuerda a su esposa, su compañera de vida, quien murió hace un mes víctima de "sus propios excesos".

En ese momento el sábado, en su casa en el municipio de Tlalpan, Verónica Sánchez, de 25 años, hizo una pausa en la traducción del inglés que estaba haciendo para una empresa cuando ingresó a Facebook para leer las noticias. Dejó de trabajar y ya no pudo separarse de las redes sociales.

Guillermo, Fernando y Verónica fueron el viernes a la Alameda Central en la capital mexicana, al lado del Palacio de Bellas Artes, junto con otras 500 personas para interpretar durante más de cinco horas las canciones del cantante que murió la semana pasada a los 71 años.

La muerte de José Rómulo Sosa Ortíz fue algo tan esperado como la temporada de lluvias y minutos después de su muerte, todos los medios de comunicación publicaron obituarios largos previamente elaborados. Pero no es fácil despedir a quienes han estado inmersos en la emoción colectiva durante 50 años y golpean al país que mejor llora a sus cantantes. Una generación que llora una racha que comenzó con Rocío Dúrcal y seguido por Juan Gabriel, Camilo Sesto …

Entonces, mientras las autoridades esperan la llegada del cuerpo desde Miami para organizar un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, se espera que el domingo, aquellos que no puedan ingresar a la catedral de cultura de mármol de Carrara se organicen para recordarlo con un karaoke masivo

El 15 de marzo de 1970, un joven José José, de 22 años, hizo historia después de su impresionante interpretación de El triste, durante el Festival de la Canción Latina, el antecedente de la OTI. Este viernes a las 4.48 p.m., un anciano inmaculado con bigote y pantalones sobre el ombligo destruye sin piedad la misma versión. El hombre, con el número 31, se esfuerza por dramatizar la interpretación y mira al cielo, cierra las manos, camina por el escenario, saluda a los lados y ejecuta movimientos hacia el público que David Bisbal envidiaría, pero empalma una polla tras otra y se queda sin aire en medio de la estrofa. "Hoy quiero saborear mi dolor / no pido compasión o piedad / La historia de este amor fue escritaggggggg …" La multitud aplaude el esfuerzo del cantinero como si fuera el ídolo de la colonia Clavería.

Eleuterio Tlaxcala, de 54 años, y carpintero tiene dos dientes de oro. Este viernes se levantó temprano, terminó las últimas pendientes y tomó el autobús con su esposa desde Puebla. Ahora está frente a la valla protestando muy enojado con los organizadores del evento a quienes les reprocha que se haya registrado al mediodía, que son las cinco de la tarde y es su turno de cantar. Entonces, cuando llega al templo, todavía está alterado y dominado por los nervios. Poco a poco, en el escenario crece, se concentra, capta al personaje y termina haciendo una versión decente de El pasado es el pasado, que concluye, satisfecho, con una exhibición de su enorme sonrisa dorada.

Cuaderno en mano, un funcionario del Ayuntamiento de la Ciudad de México confirma que 54 personas llegaron principalmente del Estado de México y las colonias del centro de la capital y que la canción más demandada es El triste.

El éxito del cantante José José fue romper y cambiar el tema "entregar las llaves de casas pequeñas y fracturar el romance del romance", describió Roberto Zamarripa en su columna. Según el Director Editorial del periódico mexicano. Reforma, con sus canciones José José "urbaniza a José Alfredo y el rencor no se canta a caballo sino en el lamentar [autobuses de la capital]. ¿Y por qué cantarle a mamá si ya estás saliendo con una de su edad ", dice sobre la canción 40 y 20.

Cientos de personas siguen entusiasmadas con las versiones de Polvo en el amor, Amor Amor o Volcán, pero el que entusiasma a los fanáticos, el que realmente enloquece al carpintero, al cantante callejero, al herrero, al estudiante de música, al traductor o al mecánico loco Mi vida.

El saco espontáneo y el fijador de gel procedentes de los barrios de Tepito, Guerrero, Ecatepec o Iztapalapa, las cuerdas son tiernas y tensas con la historia del hombre que confiesa sus excesos y reconoce que "He rodado de aquí para allá / me fui de todo y sin medida / pero juro por Dios que nunca llorarás / por cómo era mi vida. "

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