Orlando Ortega, el atleta que huyó a Chipre para subir al podio mundial

Orlando Ortega, bronce en la Copa Mundial de Doha 2019

Orlando Ortega, a la derecha, con los otros tres medallistas mundiales en 110 metros de obstáculos de Doha 2019.
EFE

Orlando Ortega saltó al estrellato en los 110 metros de obstáculos del Juegos Rio 2016, terminando el Sequía olímpica de 12 años del atletismo español, y ha vuelto a la mesa en el Copa Mundial de Doha 2019 dándole a España una medalla mundial después del choque del evento 2017. vino con suspenso, porque el segundo puesto olímpico fue detenido por el controvertido comportamiento de uno de sus rivales y terminó quinto. La IAAF no dio la vuelta al brazo hasta el segundo reclamo de la Real Federación Española de Atletismo, pero finalmente decidió otorgarle el bronce.

El velocista señaló el podio mundial desde sus primeros 13 segundos en la pista, ya que debutó en las eliminatorias con la mejor marca de todos los participantes, y confirmó en las semifinales el gran forma Lo ha demostrado esta temporada. Tanto los fanáticos como los medios especializados no dudaron en colgarlo el cartel favorito, un estado que Ortega confirmó en la final.

Sin embargo, el obstáculo hispano cubano también fue una de las incógnitas de la Copa del Mundo, ya que hace solo unos meses decidió dar un giro de 180º a su vida y comenzó a entrenar en Chipre. El cambio vino causado por el duró al revés que vivió después de permanecer fuera del podio de la pista cubierta europea Glasgow donde fue cuarto en la final de los 60 metros de obstáculos.

La decepción lo llevó a cuestionar su continuidad: "No sé si continuar en el atletismo, estoy frustrado y Tengo el deseo de dejarlo", Admitió a pesar de que se había mudado a Valencia ese mismo año para seguir progresando. Su dudas internas le hizo repensar todos los aspectos de su carrera.

Tierra en el medio

Solo unos días después de regresar de Glasgow decidió huir de todo. De su padre y entrenador de su vida, también llamado Orlando, de su hogar en Valencia y de asuntos personales que lo descentraron en la pista cubierta europea. Quería resurgir y creía que para conseguirlo tenía que poner tierra en el medio y despejar la cabeza.

Hablamos de un atleta con una carrera larga y brillante, que comenzó a correr con solo 12 años y sAbe, qué es ganar y qué es perder. Un atleta que compitió por Cuba en los Juegos de Londres 2012 y un año después fue sancionado por negarse a competir en una prueba en Moscú. Un velocista que en 2015 eligió cruzar el Atlántico para nacionalizar español Y sigue creciendo.

Tuvo éxito hasta el punto de proclamar subcampeón olímpico en Río, pero el chasco de Glasgow supuso punto de inflexion Eso hizo que su mundo se tambaleara.

Su siguiente paso fue determinar el final de la temporada preolímpica y su papel en la Copa Mundial de Doha, pero, decidió, empacó y se mudó a Chipre. Su plan era prepararse en Larnaca por orden de los griegos. Antonis Giannoulakis y con su rival y amigo Milan Trajkovic.

Los entrenamientos son prácticamente los mismos que en España, pero Orlando sonríe de nuevo dentro y fuera de la pista. Su adaptación al país y a su gente ha sido fácil y, visto su estado de forma en Doha, el cambio ha resultado ser un gran éxito.

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