El ciclón Chido ha causado devastación en Mayotte, donde se estima que las víctimas mortales podrían alcanzar las mil personas. Este intenso fenómeno climático, con vientos de más de 220 km/h, destruyó barrios enteros y dejó graves daños en infraestructura como el hospital principal y el aeropuerto. Mayotte, uno de los territorios más pobres de Francia y la Unión Europea, enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.
Francia ha desplegado más de 1,600 agentes de seguridad y rescatistas para asistir a la población, mientras que el presidente Emmanuel Macron supervisa los esfuerzos de ayuda. Organizaciones como UNICEF también trabajan para garantizar la continuidad de servicios esenciales en regiones afectadas, especialmente en Mozambique, donde el ciclón tocó tierra posteriormente, poniendo en riesgo a 2.5 millones de personas.
El impacto del ciclón Chido resalta los desafíos del cambio climático, dejando a países vulnerables lidiando con las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos, que además de pérdidas humanas y materiales, generan riesgos de enfermedades como el cólera y la malaria debido al agua estancada.