Durante la jornada electoral en Estados Unidos, se han presentado varios incidentes que han generado preocupación. En Georgia, considerado uno de los estados clave, la votación comenzó con amenazas de bomba dirigidas a dos centros de votación. Horas después, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, confirmó que estas amenazas eran falsas y atribuibles a Rusia, con la intención de desestabilizar el proceso electoral. El FBI, en respuesta, aseguró que está trabajando estrechamente con las autoridades locales y estatales para proteger tanto a los votantes como la integridad del proceso.
A pesar de estos intentos de interferencia, más de medio millón de personas en Georgia habían ejercido su voto en persona al mediodía. Mientras tanto, en Pensilvania, otro estado decisivo, fallos en el software de las máquinas de votación en el condado de Cambria llevaron a que un juez extendiera el horario de votación hasta las 10 de la noche. El Departamento de Estado de Pensilvania garantizó que todas las papeletas serán resguardadas y contadas adecuadamente por el Consejo de Elecciones.
Además, las autoridades de Pensilvania están investigando posibles fraudes en el registro de votantes en seis condados, sumando otro desafío en esta jornada electoral. A pesar de estos problemas, el proceso continúa, con las fuerzas de seguridad y las autoridades trabajando para resolver los incidentes y asegurar el derecho al voto de los ciudadanos estadounidenses.