El impacto de los fenómenos naturales como los huracanes y tormentas tropicales ha causado una devastación considerable en las áreas afectadas por Helene y John.
Helene, que tocó tierra en Florida como huracán de categoría 4, ha dejado un rastro de destrucción a lo largo de su camino por el Sur de los EE. UU., con un saldo de al menos 42 fallecidos, millones de personas sin energía eléctrica y peligrosas condiciones debido al riesgo de desbordes de represas. Las inundaciones y la marejada en Florida, Georgia y Carolina del Norte han exigido dramáticos esfuerzos de rescate.
Por otro lado, John, tras tocar tierra en México como tormenta tropical, amenaza ahora las regiones de Michoacán y Colima, donde el saldo de fallecidos se estima entre 8 y 13, dependiendo de las fuentes. La situación en ambas áreas es alarmante y las autoridades locales están trabajando para minimizar más pérdidas humanas y daños materiales.
La magnitud de estos desastres subraya la necesidad de preparación ante fenómenos climáticos extremos, especialmente en zonas vulnerables.