El polémico expelotero y ahora propietario de Minnesota Timberwolves tiene el conocimiento y las herramientas para catapultar al jugador dominicano a otro nivel.
Alex Rodríguez se mantiene siendo una de las figuras más polarizantes dentro de la historia de las Grandes Ligas.
El exjugador pasó de ser uno de los prospectos más impresionantes dentro del terreno, a ser considerado el mejor pelotero de MLB, a luego ser visto como uno de los villanos más detestados del béisbol por su participación en el esquema de la clínica Biogénesis y hoy en día, ha vuelto a recuperar adeptos gracias a sus múltiples roles en televisión, su incursión en los negocios y a la apertura que demuestra a través de sus redes sociales.
“ARod” ha pasado por absolutamente todos los espectros del desarrollo de una carrera deportiva (los buenos y los malos), lo que quiere decir que es poco lo que no conoce sobre las luces y sombras de ser un atleta profesional.
Cuando se anunció que Rodríguez formaba parte del grupo de inversionistas que compró la franquicia de Minnesota Timberwolves, la conexión automática que muchos hicieron fue con la estrella del equipo, Karl-Anthony Towns, quien al igual que el expelotero es de ascendencia dominicana.
Esta conexión nada tiene que ver con la forma en que los dos conducen sus carreras, ya que son dos personas completamente diferentes, pero es imposible no ver un poco de Alex Rodríguez junto a Seattle Mariners en Towns: un jugador joven, muy talentoso dentro de una franquicia que ha dejado mucho que desear.
Es dentro de este escenario donde contar con una persona del bagaje y experiencia de Rodríguez puede ser sumamente beneficioso para Towns, quien ha dicho que quiere mantenerse dentro de los Timberwolves para lograr sus metas profesionales.
Viniendo de un año y una temporada sumamente complicados para el joven basquetbolista, la guía cercana de un exatleta que lo ha visto todo es lo que Karl-Anthony Towns necesita para llevar su carrera a otro nivel.
El centro de los Timberwolves promedia 22.9 puntos y 11.6 rebotes por partido con tan solo 25 años y a pesar de ser reconocido como un buen jugador, el mismo caos que existía en el conjunto ha hecho sombra a sus logros en la cancha. Esto a su vez provoca que las contribuciones de Towns pasen desapercibidas, por lo que el dominicano no está (regularmente) dentro de las conversaciones de uno de los mejores jugadores de la NBA.
Alex Rodríguez puede guiar a Towns para colocarse bajo los reflectores, tal como él lo hizo junto a franquicias como los Mariners o Texas Rangers. Como un exatleta que ha tenido que reinventarse de forma radical y sabiendo el esfuerzo, así como el sacrificio que es para un jugador talentoso mantenerse dentro de una franquicia mediocre, el nuevo “jefe” es la figura ideal para impulsar la evolución del jugador de Minnesota.