Los incendios forestales continúan causando devastación en el sureste de Turquía, especialmente en las ciudades de Diyarbakir y Mardin, donde la cifra de fallecidos ha ascendido a 14 y el número de heridos a 44, cinco de los cuales se encuentran en estado crítico. A pesar de que la mayoría de los heridos ya han sido dados de alta, tres pacientes aún requieren intubación debido a la gravedad de sus condiciones.
El fuego en Diyarbakir se originó en el barrio de Koksalan a las 22:15 hora local del jueves y se propagó rápidamente hacia Mardin, impulsado por fuertes vientos, según informó el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, a través de las redes sociales. La situación se ve agravada por las altas temperaturas, que esta semana alcanzaron los 45 grados Celsius en ambas ciudades y se espera que se mantengan alrededor de los 41 grados hoy. Estas temperaturas están entre 5 y 10 grados por encima de lo usual para la temporada, de acuerdo con la Dirección General de Meteorología de Turquía.
El calor extremo y los vientos robustos han facilitado la proliferación de nuevos focos de incendio en varias partes del país, incluidos el distrito de Salihli en la provincia de Manisa, Çanakkale en el oeste, cerca del aeropuerto de Siirt en Anatolia Oriental, y en la provincia de Elazig. Las autoridades continúan luchando contra estos incendios mientras el país enfrenta una de sus peores olas de calor.