El asesinato de tres agentes de la policía militarizada de Carabineros en la región del Bio Bío ha sumido a la sociedad chilena en estado de shock y profunda conmoción. El presidente Gabriel Boric, al conocer la noticia, reunió a su gabinete de crisis y condenó el atentado públicamente, dirigiéndose al lugar del suceso, a más de 600 kilómetros al sur de la capital. Llamó a la unidad política para enfrentar la situación, declarando tres días de duelo nacional.
Boric instó a la unidad, destacando la importancia de dejar de lado las diferencias políticas y trabajar juntos para hacer justicia. El ataque, perpetrado contra funcionarios de Control de Orden Público de la comisaría de Los Álamos, ocurrió durante la madrugada del sábado, coincidiendo con el Día del Carabinero, aniversario institucional. Un grupo armado disparó contra la patrulla policial y prendió fuego al vehículo, resultando calcinados un sargento y dos cabos.
El presidente Boric reiteró la necesidad de actuar unidos como una sola fuerza para hacer justicia y desbaratar estas bandas criminales. La respuesta al atentado fue contundente por parte de todo el espectro político, desde la extrema derecha hasta el Partido Comunista, condenando el acto y suspendiendo los actos conmemorativos previstos para el Día del Carabinero.
El general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, cuya renuncia se había anunciado previamente, ahora enfrenta dudas sobre su permanencia en el cargo. El Gobierno y algunas autoridades resaltaron la importancia de mantener la estabilidad institucional en Carabineros en medio de esta crisis.
El conflicto en la región del Bio Bío, donde ocurrió el ataque, ha suscitado llamados a extremar las medidas de seguridad. La zona está afectada por conflictos entre pueblos originarios, el Estado y grandes empresas, y ha estado bajo estado de emergencia desde mayo de 2022. Algunas voces han pedido incluso la reposición de la pena de muerte para quienes asesinen a policías, mientras que otros instan a dar urgencia a proyectos de ley en materia de seguridad. Esta tragedia subraya la complejidad de la crisis de seguridad en Chile, que se combina con un largo conflicto no resuelto en la zona centro-sur del país.