El ataque del pasado lunes del Ejército de Israel a un convoy de la ONG del chef José Andrés, World Central Kitchen, se debió a un “error” al creer que en él viajaban dos milicianos armados de Hamás, por lo que dos comandantes implicados en la operación han sido cesados por el jefe del Estado Mayor.
Esta es la conclusión de la investigación independiente encargada al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos por el Ejército israelí, y tras conocerse, el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, ha cesado al comandante de apoyo de fuego de la brigada, un oficial con rango de mayor, y al jefe de la brigada, un coronel en la reserva.
También han sido amonestados los comandantes tanto de la brigada como de la 162.ª división, que opera en el centro de la Franja.
Además, Halevi “reprenderá formalmente” al jefe del Comando Sur, por “su responsabilidad general” en el incidente.
“Nos tomamos en serio el grave incidente que se cobró la vida de siete trabajadores humanitarios inocentes. Expresamos nuestro profundo dolor por la pérdida y enviamos nuestras condolencias a las familias y a la organización WCK”, indicó.
Según esa investigación, las fuerzas israelíes identificaron a dos “pistoleros” en los camiones de ayuda mientras el convoy se dirigía a un almacén en Deir al Balah, y cuando los vehículos abandonaron el lugar tras la descarga, “uno de los comandantes supuso erróneamente que los pistoleros iban dentro de los vehículos y que se trataba de terroristas de Hamás”.
El resultado de las pesquisas fue presentado ayer al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, y difundidos este viernes, en el que también se llevaron a cabo sesiones informativas con embajadores y cuerpo diplomático.
“Las tropas no identificaron los vehículos en cuestión como asociados a WCK. Tras una identificación errónea por parte de las fuerzas, atacaron a los tres vehículos la ONG, basándose en que en ellos viajaban agentes de Hamás”, señala la investigación.
El ataque contra el convoy humanitario de la ONG estadounidense World Central Kitchen (WCK), se cobró la vida de siete de sus empleados: el palestino Saifeddin Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby.
Aunque iba perfectamente identificada, la caravana recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue “una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar de las Fuerza de Defensa de Israel”, concluyó el informe.
“Los hallazgos de la investigación indican que el incidente no debería haber ocurrido. Quienes aprobaron el ataque estaban convencidos de que su objetivo eran agentes armados de Hamás y no empleados de WCK”, indicó el FFAM, que también apuntó “errores en la toma de decisiones”.
El Ejército de Israel aseguró, por otro lado, que considera “de vital importancia” la actividad de las agencias humanitarias en la Franja y se comprometió a garantizar su seguridad.
Israel anunció hoy, de hecho, su intención de permitir más entrada de ayuda al enclave, y de abrir el cruce de Erez por el norte, después de una tensa llamada telefónica entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente estadounidense, Joe Biden, quien le amenazó con retirar el apoyo si no mejoraba la situación humanitaria en la Franja y la protección de los civiles.
Agencia EFE