Un residente de Ontario, Canadá, está librando una batalla legal por su derecho a una cirugía de afirmación de género. Este individuo, de 33 años y no binario, se identifica como mujer pero nació hombre.
Su solicitud de una vaginoplastia preservadora del pene, realizada en una clínica en Texas, fue rechazada por el Plan de seguro médico de Ontario (OHIP), que considera el procedimiento experimental y no cubierto por sus beneficios.
El caso ha desencadenado un intenso debate sobre la inclusión de las cirugías genitales no binarias en los servicios de salud. Mientras que algunos argumentan que estas cirugías pueden mejorar la calidad de vida de las personas trans al aliviar la angustia causada por la disforia de género, otros, como Pamela Buffone, de Canadian Gender Report, sostienen que no necesariamente mejoran la salud física y pueden generar complicaciones.
El solicitante, respaldado por activistas LGBTQIA+, defiende su derecho a una identidad de género auténtica y afirma que mantener su pene es crucial para su salud sexual y para evitar problemas de incontinencia urinaria asociados con la vaginoplastia convencional. Un endocrinólogo de Ottawa que lo atiende respalda esta posición, enfatizando la importancia de respetar su identidad no binaria.
La Junta de Revisión y Apelación de Servicios de Salud de Ontario ha intervenido en el caso, dictaminando que la vaginoplastia con preservación del pene podría ser cubierta, aunque no esté disponible en Canadá. Sin embargo, el OHIP ha apelado esta decisión, lo que ha llevado el caso a los tribunales y ha generado un debate legal y social en curso sobre los derechos de las personas no binarias en el sistema de salud.