Un proyecto de ley depositado en la Cámara de Diputados busca la erradicación de los limpiavidrios, los vendedores de limpiaparabrisas y los pedigüeños en todas la avenidas y calles del territorio nacional con el objetivo de reducir los conflictos con los conductores.
El primer artículo del proyecto legislativo, autoría del diputado Alexis Jiménez, impone pago de multas y servicios comunitarios contra quienes ejecuten lo que el proponente considera como «malas prácticas», refiriéndose a limpiavidrios, limpiaparabrisas y pedigüeños en las calles.
Asimismo, la iniciativa legislativa busca imponer penas legales más estrictas si los limpiavidrios y pedigüeños provocan graves molestias ciudadanas, accidentes, riñas, heridos o muertes. En ese caso, las multas serían endurecidas y los trabajos comunitarios serían más intensos.
Para la aplicación de la ley, el proyecto propone que cualquier ciudadana, entidad u organización pueda presentar una queja pública ante el Defensor del Pueblo, las alcaldías, el Ministerio Público o el Ministerio de Interior y Policía con el fin de denunciar la mala práctica y estimular a que las instituciones citadas erradiquen la práctica de pedir en las calles o de limpiar vidrios de autos sin autorización del conductor.
Programas sociales y niños
El proyecto de ley dispone que el programa Supérate tendrá un plazo de tres meses, luego de la promulgación de la normativa, para hacer un inventario e inscribir en el proyecto a personas vulnerables, a quienes se le entregarán tarjetas de ayuda económica como forma de protección e inclusión social.
Además, la propuesta establece penas de prisión y sometimiento a la justicia contra los padres y madres que incentiven, obliguen o permitan que sus hijos menores de edad pidan en las calles.
Desorden y conflictos
Entre los argumentos de la pieza, el proponente explica que la práctica de pedir en las calles o de limpiavidrios «ha traído desasosiego» en el país a los conductores dominicanos y extranjeros, por lo que considera «´urgente» que se tomen medidas para erradicarlos.
También, argumenta que los conductores se ven «casi obligados» a satisfacer las ofertas de los pedigüeños y limpiavidrios en las calles para evitar discusiones, pleitos, inconvenientes y hasta muertes.
La pieza congresual busca su aprobación en ambas alas legislativas bajo los alegatos de que la práctica de limpiar vidrios sin permiso también puede afectar al turismo ya que los visitantes extranjeros podrían sentirse «acosados» y alejarse del país.