La situación en el norte de Gaza es desesperada, con aproximadamente 300.000 personas atrapadas por los combates y enfrentando una inminente hambruna, según la agencia alimentaria de la ONU.
La Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC) revela que el 70% de la población en esta área se enfrenta a niveles críticos de escasez de alimentos, con la mitad experimentando inseguridad alimentaria «catastrófica».
La solución, según la FAO y el PMA, es un alto el fuego que permita el acceso seguro de la ayuda humanitaria a Gaza. Sin embargo, Israel ha sido acusado de provocar la hambruna y utilizarla como arma en el conflicto.
La UE y otros han instado a Israel a permitir la entrada de ayuda, pero el primer ministro Netanyahu ha afirmado que la incursión continuará para eliminar a los miembros de Hamás.
Mientras tanto, las consecuencias son devastadoras: al menos 20 personas, en su mayoría niños, murieron recientemente por desnutrición y deshidratación en el norte del enclave.
La falta de alimentos se agrava por la dificultad para recolectar datos en la región, lo que sugiere que la situación es aún peor de lo que se informa.
Israel está llevando a cabo una incursión en el hospital Al Shifa en la ciudad de Gaza, lo que amenaza con desplazar a más civiles. Las negociaciones para un alto el fuego no muestran avances, y la comunidad internacional está cada vez más preocupada por la escalada del conflicto y sus impactos humanitarios.