El Museo Faro a Colón está en proceso de recuperación de su esplendor cultural y de luminosidad que se manifiesta en la mejoría de su estructura interna y externa, los museos, la seguridad y la cantidad de visitantes nacionales y extranjeros que lo visitan.
El monumento, inaugurado el 6 de octubre de 1992 por el entonces presidente Joaquín Balaguer, inició su construcción durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo para homenajear navegante Cristóbal Colón.
Su construcción generó controversias entre sectores nacionales tanto por el gasto, que implicó una inversión superior a los 100 millones de pesos, como por el tema del descubrimiento porque había quienes decían que o había que celebrar descubrimiento, sino el encuentro de dos culturas.
En sus inicios el Faro era muy visitado principalmente por dominicanos y algunos extranjeros, pero al pasar el tiempo esa actividad comenzó a menguar por el descuido y el poco atractivo de las salas de exhibición, pero principalmente por la inseguridad porque se incrementaron los atracos en su entorno debido a la escasa vigilancia y falta de luminosidad en las noches.
El gobernador del Faro, Eliezer Nolasco, ocupa el cargo desde 2020 y afirma que ya la situación ha cambiado, gracias al apoyo del presidente Luis Abinader, a la ministra de Cultura, Milagros Germán y a varias instituciones como la Armada, la Policía, la Alcaldía, el Ministerio de la Vivienda y otras.
Manifestó que hace cuatro años visitaban el lugar 100 y 200 personas y ahora alrededor de 2,000, sobre todo los fines de semana, la mayoría turistas y nacionales que proceden de la ciudad y de algunas provincias.
Dijo que durante 20 años el museo estuvo abandonado, pero que ya se ha sido superado. Cuenta que la maleza que cubría los alrededores ya está eliminada, lo mismo la oscuridad que desmotivaba a la gente y de un policía que había, ahora cuentan con en la parte interna y patrulla mixta de la Policía y la Armada que se encargan del patrullaje en el entorno.
Ya fueron instaladas 80 faroles o luces de gran potencia que mantienen iluminado el monumento, pero el mayor atractivo fue, en sus inicios la cruz blanca que se proyectaba en las nubes y de acuerdo con Nolasco volverá a ser una realidad.
El proyecto de la cruz en la nube consta de 157 luces, que ya fueron fabricadas en Rusia a un costo de 120 millones de pesos, pero su instalación está supeditada al interés del pastor Dío Astacio, alcalde electo de Santo Domingo Este, quien ha prometido al gobernador retornar el atractivo.
El fabricante ruso se comunica con conmigo siempre con la inquietud de que puedan ser ya traída al país. Nosotros podemos desarrollarla y el alcalde electo, el pastor Dío Astacio, está comprometido con los primeros 100 días y desde su gestión poder hacer realidad ese sueño tan anhelado, porque esas luces duraron alrededor de un año y pico largo siendo fabricadas».
Los atractivos
El monumento cuenta con 49 salas de exhibición, igual cantidad de países con los que se mantiene una relación cultural y cada una contiene elementos culturales que cada nación decide. Las más recientes son las salas de Alemania y La India, Chile, La Unión Europea y China. Cuentan con espacios, pero aún no lo utilizan en su totalidad, Puerto Rico y Cuba.
El principal atractivo es el mausoleo donde están los restos de Cristóbal Colón, que está a la entrada del monumento y una de las salas más visita es donde está la casulla que utilizó el papa San Juan Pablo II cuando celebró la misa con motivo del V Centenario, en 1992.
Hay museos hasta el tercer piso, en el segundo nivel ha sido dedicado a la Liga Naval Dominicana, a las insignias de las fuerzas armadas, mientras que en el tercer nivel está el Santo Domingo histórico, con elementos propios de la cultura dominicana y también hay una sala para las vestimentas coloniales.