Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo una operación conjunta de bombardeo en Yemen contra los rebeldes hutíes, marcando la cuarta acción coordinada entre ambas naciones. La operación apuntó a 18 objetivos en ocho ubicaciones, incluyendo almacenes subterráneos donde se cree que los hutíes guardan misiles utilizados para atacar embarcaciones en el mar Rojo, además de sistemas de defensa aérea, radares y un helicóptero.
El comunicado conjunto firmado por Estados Unidos, el Reino Unido y otros seis países que respaldaron la operación menciona que estos ataques responden al aumento de las agresiones de los hutíes, respaldados por Irán, contra varias embarcaciones, incluyendo un carguero británico, un destructor estadounidense en el mar Rojo y la ciudad costera de Eilat, en Israel.
Este es el cuarto ataque conjunto contra los hutíes desde el inicio de estos incidentes. El primero tuvo lugar el 12 de enero, alcanzando 60 objetivos en Yemen. Desde entonces, Estados Unidos ha llevado a cabo ataques separados contra los hutíes, principalmente dirigidos a misiles que representaban una amenaza para las embarcaciones en el mar Rojo.
Los hutíes, respaldados por Irán, controlan vastas áreas en Yemen y han llevado a cabo numerosos ataques en el mar Rojo y el estrecho de Bab al Mandeb, principalmente contra barcos relacionados con Israel o con destino a ese país. Los hutíes afirman que sus acciones son en represalia por la ofensiva israelí en la Franja de Gaza luego del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
La escalada de violencia ha suscitado preocupaciones sobre una posible intensificación de la guerra en Gaza, donde ya han perdido la vida 29,600 personas, y el potencial de convertirse en un conflicto regional. Además, los ataques hutíes podrían tener un impacto significativo en la economía mundial, dado que el 15 % del comercio marítimo global atraviesa el mar Rojo.