La Fiscalía ha abierto una investigación de oficio para dilucidar si la marcha en la que se gritaban consignas como «fuera maricas de nuestros barrios» incurrió en delito de odio.
RT.-El pasado sábado, varias decenas de personas recorrieron las calles de Chueca, el barrio madrileño reconocido por ser un baluarte de la diversidad, en una manifestación neofascista en las que se gritaron consignas homófobas y racistas mientras se ostentaban símbolos abiertamente nazis, se realizaba el saludo fascista y se gritaba ‘Sieg Heil’, entre otras proclamas.
La Fiscalía Provincial de Madrid se ha apresurado a abrir una investigación por iniciativa propia, según se ha conocido este mismo lunes, y ya ha solicitado informes a la Brigada Provincial de Información y a la Delegación del Gobierno en Madrid con la finalidad de dilucidar si los hechos acaecidos durante esa marcha constituyen delito de odio.
Ahora todas las preguntas se centran en por qué se autorizó esa manifestación y por qué la Policía permitió que se desarrollara en los términos en que lo hizo, escoltando al grupo, y no procedió a dispersar la marcha.
¿Por qué se manifestaban?
En España para llevar a cabo una manifestación solo es necesario comunicarlo a Delegación del Gobierno, que debe tener constancia y que solo puede prohibirlo por motivos de orden público u otros análogos.
En este caso, los convocantes realizaron dicha comunicación y consignaron que el motivo era protestar por la Agenda 2030 y la Agenda 2050, proyectos de la ONU que tienen como finalidad alcanzar en esa fecha 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, como poner fin a la pobreza, al hambre o garantizar una vida sana para todas las edades.
Sin embargo, el sábado no se oyeron proclamas en ese sentido, sino otras muy distintas como «fuera maricas de nuestros barrios», «fuera sidosos de Madrid» o «tú no eres español porque no eres blanco».
¿Quién convocó la manifestación?
Detrás de la manifestación se encontraba la Asociación de Vecinos San Blas-Canillejas y la plataforma ultraderechista Madrid Seguro, integrada en el partido político España 2000.
Se trata de grupos de extrema derecha que tienen en su punto de mira al colectivo LGTBIQ+ y a los migrantes, en especial, a los niños y adolescentes que llegan a España sin la tutela de un adulto.
La estética de la mayoría de personas que participaron en esta protesta emula la neonazi. Casi todos vestían indumentaria negra, llevaban tatuajes en los brazos, cabeza rapada y lucían símbolos en banderas, pancartas y ropa vinculados a grupos de extrema derecha: desde mensajes como ‘white pride’ (‘orgullo blanco’ en inglés) a símbolos relacionados con la División Azul (voluntarios españoles que lucharon bajo las órdenes de Hitler), pasando por nombres de conocidos grupúsculos de extrema derecha.
Rechazo unánime
La delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ha pedido este lunes perdón al colectivo LGTBI tras calificar los hechos como «lamentables». «Como la mayor parte de los madrileños, mi profundo rechazo y repulsa por las imágenes producidas en un barrio tan emblemático. Mi absoluta solidaridad y cariño a un colectivo últimamente muy vilipendiado. Siento en el alma que tengan que vivir en sus calles imágenes absolutamente lamentables», ha afirmado durante un desayuno informativo.
Varios colectivos, además de mostrar su rechazo, ya han anunciado que acudirán a los tribunales. La asociación Arcópoli, que defiende los derechos LGTB, ha presentado su escrito ante la Fiscalía especializada en delitos de odio de Madrid. Además, la Coordinadora Estatal de VIH/sida (Cesida), Apoyo Positivo, el Colectivo LGTBI de Madrid (COGAM), Imagina Más, la Red Madrileña de Inmigración y Ayuda al Refugiado y la Coordinadora del Tercer Sector en Madrid ya han anunciado que también acudirán a los juzgados.
En el ámbito político la condena ha sido unánime, el conservador Partido Popular (PP), el liberal Ciudadanos, el ultraderechista Vox, el progresista Más Madrid, el Partido Socialista, el socialdemócrata Podemos y el comunista Izquierda Unida (IU) han coincidido en las críticas a la manifestación neofascista.
¿Maniobra socialista?
El único líder que ha dado una nota discordante ha sido Santiago Abascal, presidente del partido ultraderechista Vox, que este domingo acusó al Partido Socialista, del presidente Pedro Sánchez, de estar detrás de esta polémica marcha en la que había «una banda de locos». «Apesta a cloaca socialista, no tengo ninguna duda», llegó a asegurar.
Estas palabras han sido respondidas en su página web por el presidente de España 2000, José Luis Roberto, quien ha comenzando afirmando que Abascal «sí que apesta a cloaca oportunista».
«Después de copiarnos todos nuestros lemas y discursos no duda en pedir la ilegalización de España 2000 por celebrar el 12 de octubre en Benimaclet o decir que la manifestación de Chueca apesta a cloaca socialista», espeta Roberto a Abascal, y continúa: «Es simplemente una mala fotocopia, pero como político profesional no duda en aprovechar todo lo que cree que le favorece».
El colectivo LGTBIQ+ en el punto de mira
La marcha fascista y homófoba ha impactado en el imaginario colectivo de buena parte de la población de Madrid al haber transcurrido en Chueca, un barrio conocido en Europa por su apertura a la diversidad, escenario de gran parte de las celebraciones del Orgullo y refugio durante muchos años de las personas con diferentes orientaciones afectivo-sexuales e identidades, que se sentían protegidas en el seno de estas calles.
Además la marcha se ha producido en un momento muy difícil para el colectivo LGTBIQ+, en el que se tiene la percepción de que las agresiones contra sus integrantes están aumentando en frecuencia y en intensidad.
El momento más oscuro de los últimos tiempos fue el asesinato de Samuel Luiz a principios de julio a manos de una turba que acabó con su vida. Pero tanto antes como después el chorreo de noticias relatando agresiones a personas LGTBIQ+ es incesante. Muchas voces alertan de que la llegada de Vox a las instituciones, con su discurso en contra de los derechos de este colectivo, ha hecho que algunos individuos sientan legitimados sus actos y discriminaciones y los lleven a cabo más abiertamente.