El acuerdo entre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y la oposición para celebrar elecciones presidenciales en el segundo semestre de 2024 ha tenido pocos avances significativos. A pesar de los intentos de establecer un marco regulatorio que garantice elecciones libres e independientes con observación internacional, la fecha exacta de los comicios sigue sin definirse.
El régimen de Maduro ha mostrado cierta «buena voluntad» al no boicotear la elección primaria de la oposición en octubre, pero luego anuló los resultados a través del Tribunal Supremo de Justicia. También accedió a un mecanismo para revisar las inhabilitaciones políticas de candidatos opositores, aunque la independencia del tribunal sigue en duda.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por Maduro, aún no ha establecido un cronograma electoral específico ni ha proporcionado información sobre las actualizaciones del Registro Electoral (RE) o la fecha de las elecciones presidenciales. Esto ha dejado a la población venezolana en la incertidumbre, ya que millones de venezolanos necesitan inscribirse o actualizar sus datos en el RE.
La demora en la definición de la fecha de las elecciones ha generado preocupación en la oposición, que teme que el régimen utilice esta situación para retrasar o manipular los comicios. A pesar de los obstáculos, algunos líderes opositores, como María Corina Machado, siguen comprometidos con el cambio a través de elecciones libres y limpias.
En cuanto a Nicolás Maduro, ha expresado que aún no sabe si será el candidato presidencial del PSUV para 2024, pero enfatiza que la decisión se tomará considerando los intereses de la patria. La incertidumbre persiste en torno a las elecciones en Venezuela, y la población espera noticias sobre la fecha y las condiciones en las que se llevarán a cabo.