Dorothy Fletcher sufrió un infarto en un vuelo de Manchester a Florida, pero la suerte estuvo de su lado, ya que el avión transportaba a quince cardiólogos que se dirigían a una conferencia.
Cuando la azafata solicitó ayuda médica, estos expertos respondieron rápidamente, administrando goteros en los brazos de la Sra. Fletcher y utilizando el botiquín de a bordo para tratar la situación que ponía en peligro su vida.
El avión fue desviado a Carolina del Norte, donde recibió cuidados intensivos. La Sra. Fletcher, que viajaba con su hija para asistir a la boda de ésta, expresó su gratitud: “Los médicos fueron maravillosos. Me salvaron la vida”