La firma española de relaciones públicas Llorente y Cuenca anunció la destitución con efecto inmediato del exembajador de Estados Unidos en Bolivia, Manuel Rocha, tras darse a conocer su arresto por parte del FBI bajo la acusación de espiar para Cuba.
La empresa había anunciado el ingreso de Rocha a principios de septiembre con el cargo de senior advisor (asesor principal), en el cual no tenía responsabilidades ejecutivas y se centraba en el desarrollo del negocio, de acuerdo con la prensa española.
LLYC indicó que la destitución de Rocha refleja el «firme compromiso de mantener los estándares más altos de conducta ética y legal» dentro de la organización.
Además, señaló el compromiso de colaborar «plenamente con las autoridades», a pesar que los 15 cargos criminales que se le imputan al exdiplomático no guardan relación con la labor que desempeñaba en dicha empresa.
El medio The Objective aseguró que Llorente y Cuenca borró de su página web el comunicado en el que el 6 de septiembre informaba la incorporación de Rocha a la empresa con el objetivo de «reforzar su influencia en la región».
El medio dijo que la función de Manuel Rocha en la consultora consistía en colaborar para crear estrategias de comunicación, enfocadas en la minería moderna y responsable.
La carrera de Rocha
Manuel Rocha, de 73 años, nacido en Colombia y naturalizado en EE.UU. y República Dominicana, fue arrestado en Miami el viernes por una denuncia penal.
Rocha desarrolló su carrera diplomática durante 25 años, tanto bajo gobiernos demócratas como republicanos, gran parte de ella en América Latina durante la Guerra Fría —un periodo de directivas políticas y militares estadounidenses que en ocasiones fueron severas. Sus cargos diplomáticos incluyeron una temporada en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, en una época en que Washington carecía de relaciones diplomáticas plenas con el gobierno comunista de Fidel Castro.
Rocha creció en un hogar de clase trabajadora en Nueva York y obtuvo una serie de títulos en Bellas Artes en Yale, Harvard y Georgetown para después incorporarse al servicio exterior en 1981.
Fue el principal diplomático estadounidense en Argentina entre 1997 y el 2000, cuando un programa de estabilización monetaria de una década de duración respaldado por Washington se desmoronaba bajo el peso de la enorme deuda externa y el estancamiento del crecimiento, desencadenando una crisis política que llevaría al país sudamericano a pasar por cinco presidentes en dos semanas.
En su siguiente puesto como embajador en Bolivia, intervino directamente en la contienda presidencial de 2002, advirtiendo semanas antes de la votación que Estados Unidos cortaría la ayuda al empobrecido país sudamericano si elegía al exproductor de coca Evo Morales.
Rocha también sirvió en Italia, Honduras, México y la República Dominicana, y trabajó como experto en América Latina para el Consejo de Seguridad Nacional.
Después de su retiro del Departamento de Estado, Rocha comenzó una segunda carrera en los negocios, fungiendo como presidente de una mina de oro en la República Dominicana propiedad parcialmente de la compañía canadiense Barrick Gold.
Más recientemente, ocupó altos cargos en XCoal, un exportador de carbón con sede en Pensilvania; Clover Leaf Capital, una empresa formada para facilitar fusiones en la industria del cannabis; el despacho de abogados Foley & Lardner.