La compañía espacial SpaceX, fundada por Elon Musk, realizó una segunda prueba de la Starship, que logró alcanzar una altitud de casi 150 km antes de destruirse. Aunque la prueba no fue perfecta, SpaceX consideró que fue exitosa y destacó que les proporcionó información valiosa para mejorar la fiabilidad de la nave.
La prueba fue importante para evaluar el rendimiento de los motores Raptor después de los problemas en el primer vuelo de la Starship, donde hubo ocho fallos. En esta ocasión, todos los Raptor parecieron funcionar correctamente durante el despegue. Sin embargo, se observaron algunos problemas, como que la Starship salió de su plataforma ligeramente torcida y que el propulsor Super Heavy explotó.
La pérdida de datos de la segunda etapa de la prueba se debió al sistema automatizado de terminación de vuelo que pareció activarse demasiado tarde en el encendido. A pesar de estos contratiempos, la prueba proporcionó información valiosa que permitirá a SpaceX continuar mejorando la Starship.
No se ha anunciado cuándo se llevará a cabo una tercera prueba de la Starship ni cuál será su trayectoria. La primera prueba en abril de 2023 también tuvo problemas, lo que llevó a la Administración Federal de Aviación (FAA) a requerir correcciones por parte de SpaceX antes de continuar con las pruebas. La compañía afirmó haber cumplido con la mayoría de las tareas requeridas por la FAA, pero aún quedaban algunas pendientes relacionadas con operaciones posteriores.