Más delgado, afligido, cabizbajo y con más cabello y cana que de costumbre, así luce el exprocurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, a casi dos meses de estar recluido en la cárcel de Najayo, acusado de corrupción.
Rodríguez, caracterizado por un porte erguido, mirada firme y vestuario impecable, en la sala de audiencia, donde busca su libertad, se percibe como un hombre de mirada triste y aspecto, a veces, desesperado.
“Flaco” literal, con varios kilos menos y sus grandes ojos “hundidos”, así se observa la parte de su rostro.
Sus trajes no los deja. Siempre acude con saco y corbata a las audiencias, aunque menos garboso, como ayer martes donde por casi 15 horas se conoció el recurso de apelación de la medida de coerción del caso Medusa y el exfuncionario reiteró su inocencia y violación a sus derechos fundamentales.
“Estoy privado de libertad sin haber cometido ningún delito, donde las mentiras y calumnias que se han repetido han terminado en la construcción de una fábula. Y reitero, tal vez he cometido errores que humildemente he reconocido, pero no delitos. El órgano persecutor ha perdido toda objetividad, en violación de su propia ley, como expresé anteriormente”.
Jean Alain leyó el texto con sus argumentos de defensa y solo se vio un cambio en el tono de su voz, cuando la fiscal anticorrupción Yeni Berenice Reinoso intervenía y ésta era objeta por la jueza Doris Pujols, presidenta del tribunal.
Las magistradas Doris Pujols, Carmen Mancebo y Daisy Indhira Montás pospusieron para la tarde de hoy el fallo. FUENTE LISTIN DIARIO