Cientos de migrantes, en su mayoría de origen venezolano, se encuentran varados en Nuevo León, en el norte de México, después de que la empresa Ferromex anunciara la suspensión temporal de sus trenes debido al aumento de extranjeros que intentaban abordarlos en busca de llegar a la frontera con Estados Unidos.
El objetivo de estos migrantes, que permanecen en los límites de los municipios de El Carmen y Escobedo, es llegar a la frontera de Piedras Negras, Coahuila, y desde allí cruzar a Estados Unidos para solicitar asilo humanitario.
Este grupo ha improvisado un campamento en el que enfrenta altas temperaturas, sed y falta de alimentos. Entre ellos se encuentran familias completas, incluidos menores de edad y mujeres embarazadas.
Los migrantes no han podido avanzar hacia la frontera de Piedras Negras con Eagle Pass debido a que Ferromex no ha reanudado sus servicios.
José Ángel, un migrante venezolano, comentó que han sufrido abusos por parte de la policía y han enfrentado la sed y el hambre durante estos días. A pesar de las condiciones difíciles, esperan que los viajes en tren se reactiven pronto para poder continuar su travesía en busca del «sueño americano».
Este sábado, el Instituto Nacional de Migración (INM), junto con la Guardia Nacional y el Ejército, realizó una redada para asegurar a los migrantes, pero estos se dispersaron entre los vagones y los caminos cercanos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señala que la inseguridad, la violencia y las condiciones socioeconómicas son los principales factores que llevan a miles de migrantes a abandonar sus países y cruzar México en un intento por llegar a Estados Unidos.