Las autoridades de Irán han tomado la medida de suspender de por vida a un levantador de pesas llamado Mustafa Rajaei por dar la mano a un contrincante israelí durante una competición en Polonia. El gesto generó controversia en Irán, que es enemigo de Israel y no lo reconoce como país. La suspensión se debe a que, según las autoridades iraníes, Rajaei «cruzó todas las líneas rojas de la República Islámica» al interactuar amistosamente con un atleta israelí.
El hecho ocurrió luego de que Mustafa Rajaei quedara en segundo lugar y el atleta israelí Maksim Svirsky en tercer lugar en una competición de levantamiento de pesas en Polonia. Después de los himnos nacionales, Svirsky extendió la mano a Rajaei en un gesto de camaradería, que fue aceptado por este último. El intercambio de saludos y una fotografía juntos provocaron la fuerte reacción en Irán.
El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, había instado previamente a los atletas iraníes a no saludar a los representantes de Israel en eventos deportivos. En el pasado, otros deportistas iraníes han enfrentado problemas similares por interactuar con competidores israelíes, lo que refleja las tensiones políticas entre ambos países.
El caso de Mustafa Rajaei destaca en un contexto más amplio de cómo la política y las tensiones internacionales a menudo se entrelazan con el mundo del deporte, creando situaciones delicadas para los atletas que, en algunos casos, se ven forzados a tomar decisiones difíciles que afectan su carrera y su vida.