El Ministerio de Defensa del Reino Unido ha informado que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia están enfrentando presión debido a los ataques de Ucrania, que ha comenzado a utilizar misiles antiaéreos S-200 de la era soviética, también conocidos como Gammon, para atacar territorio ruso.
Según el informe de inteligencia, Ucrania está retirando estos misiles de su inventario, que son conocidos como SA-5 en la terminología de la OTAN, y los está utilizando como misiles balísticos de ataque a tierra.
Esto ha llevado a que las Fuerzas Aeroespaciales rusas sean presionadas para aumentar sus capacidades defensivas aéreas, especialmente después de varios ataques con drones ucranianos en suelo ruso. Los vehículos aéreos no tripulados (drones) están realizando ataques en zonas profundas de Rusia, incluida Moscú.
Estos ataques en territorio ruso han tenido un impacto estratégico importante, ya que inicialmente se creía que una invasión de Ucrania no afectaría directamente a la población rusa. Esto ha llevado a un aumento en la presión sobre las Fuerzas Aeroespaciales rusas.
Además, el informe menciona que el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aeroespaciales, el general Sergei Surovikin, está ausente de la esfera pública y se sospecha que podría haber sido detenido tras el motín del grupo de mercenarios Wagner.
Por otro lado, Ucrania está a la espera de recibir cazas F-16 para fortalecer sus fuerzas aéreas. Estados Unidos ha aprobado la transferencia de aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense provenientes de Holanda y Dinamarca, lo cual es considerado un paso histórico y poderoso para fortalecer la capacidad de defensa aérea de Ucrania.