Los ataques perpetrados por pandillas en la capital de Haití el jueves resultaron en la trágica muerte de más de 30 personas y dejaron a más de una decena de personas heridas, según informes de un grupo local de derechos humanos. En estos ataques, varias casas en el barrio Carrefour-Feuilles de Puerto Príncipe fueron incendiadas. Entre las víctimas mortales, se incluyen dos agentes de policía, y la zona en la que se llevaron a cabo los incidentes es conocida por ser un área estratégica para las pandillas, que controlan una gran parte de la capital de Haití.
La violencia y los delitos violentos, como secuestros por rescate, robos de vehículos, violaciones y robos a mano armada, son lamentablemente comunes en la ciudad. Testimonios de residentes afectados por estos ataques describen escenas devastadoras, donde familias enteras sufrieron pérdidas debido a la violencia indiscriminada.
La situación ha llevado a miles de personas a huir del barrio en los últimos días, buscando refugio en escuelas, centros deportivos y otros lugares. Las autoridades han comenzado a proporcionar comida y agua a los sobrevivientes, pero la situación en el empobrecido país sigue siendo precaria. Haití ha estado experimentando repetidas crisis humanitarias, políticas y de seguridad en los últimos años, lo que ha tenido un impacto devastador en la vida de sus ciudadanos.