La conducción autónoma se ha convertido en una pieza clave para el futuro de Tesla. La compañía ha fiado gran parte de sus esperanzas a ella y Elon Musk está haciendo enormes promesas sobre su potencial. El problema es que no es la primera vez que sucede. Sí sorprende, sin embargo, algunas declaraciones y movimientos dentro de la empresa.
La conducción autónoma. Llegó, vio y declaró: «podríamos vender coches sin beneficio, ganado dinero con el software». Elon Musk volvió a sorprender el pasado mes de abril con una de esas declaraciones que dan alas. Alas para los defensores más acérrimos de la marca. Y alas para los que consideran que estamos ante la (pen)última fanfarronada de Elon Musk.
En el punto medio, quienes arquean la ceja y esperan. Porque aunque las ayudas a la conducción autónoma de Tesla sean motivo de constantes informaciones sobre su mal funcionamiento, lo cierto es que es uno de los sistemas más avanzados del mercado. Uno de ellos, sí. Por lo tanto, tampoco es el sistema definitivo que Elon Musk lleva años prometiendo.
Los márgenes de beneficios. Aquellas declaraciones coincidieron con la presentación de resultados del primer trimestre del año. En un nuevo trimestre que era récord para Tesla, la compañía ya adelantaba una pérdida en los márgenes de beneficios, tanto antes como después de impuestos. Desde el tercer trimestre de 2022, se mantienen en una bajada constante.
En el Q1 de 2023, antes de impuestos se situaba en un 18,1%. Según recoge Bloomberg, la cifra se reducía a un 11,4%. En el Q2, esta última cantidad ha disminuido hasta un 9,6%. Y las perspectivas no son buenas porque se espera una reducción en la producción y entrega de vehículos, después de que la renovación del Tesla Model 3 parezca más cerca que nunca y la gigafábrica de Shanghai haya tenido que parar.
Y una inversión brutal. A la reducción en la producción también hay que sumar la brutal inversión que espera hacer Tesla en Dojo, su supercomputador para desarrollar la inteligencia artificial clave en sus vehículos completa o parcialmente autónomos. Según el propio Musk, la compañía planea invertir 1.000 millones de dólares el próximo año.
La cifra, por sí misma, asusta. Pero es que las esperanzas de Tesla en la conducción autónoma no han dejado de crecer con el paso del tiempos. En los últimos años se ha hablado de coches sin volante pero, también, de robotaxis o de vender sus propios sistemas de conducción autónoma a otros fabricantes.
Pero está en duda. Ante estas palabras de Elon Musk, Zach Kirkhorn tuvo que salir al paso. ¿Quién es Zach Kirkhorn? Hasta hace unos pocos días, el director financiero de la compañía. Tras una dimisión inesperada, Vaibhav Taneja sustituirá a Kirkhorn en este puesto, que abandonará definitivamente dentro de unos meses, cuando la transición esté completa y Taneja pueda volar solo.
Hasta ahora, Kirkhorn era uno de los candidatos a suceder a Elon Musk al frente de la empresa. Como explican en Financial Times ofrecía a los inversores una traducción de las promesas grandilocuentes de Musk. La última vez que tuvo que salir al paso de sus declaraciones, tuvo que ser sobre los famosos mil millones de Dojo, para matizar que Musk había sumado el gasto en I + D y el gasto de capital y que, además, los números eran aproximados y que se irían actualizando constantemente porque fluctúan demasiado rápido.
Rebajando las expectativas. Como quien echa agua sobre un fuego que estaba creciendo demasiado rápido, Kirkhorn ha hecho hasta ahora el papel de voz sosegada y calmada, poniendo un punto racional a los anuncios del CEO de la compañía. Su salida, por inesperada, no se ha entendido como una buena señal y algunos analistas también rebajan las expectativas.
Gene Munster, analista financiero conocido en el círculo Apple, asegura a Bloomberg que los márgenes de beneficios de Tesla después de impuestos no deberían haber bajado del 15% y, sin embargo, ya se han situado en el 9,6%. Según Munster, esto era necesario para no comprometer el futuro a largo plazo de la empresa pero la reducción de precios dentro de la guerra china del automóvil y los empujones para aumentar las ventas en Estados Unidos ha provocado estos datos.
Dos pilares. Parece claro que Tesla podrá seguir creciendo en la venta de vehículos eléctricos. El ritmo de este crecimiento, está por ver pero, de momento, ya busca una nueva fábrica en Europa, en Francia prevé una planta de baterías, en México está construyendo otra e India se ha posicionado como otro de los países para recibir una fuerte inversión de la compañía. Su ritmo de fabricación, además, es el más rápido y menos costoso de toda la competencia.
Sin embargo, la conducción autónoma, que sigue siendo el segundo pilar sobre el que asentar su estrategia, parece avanzar mucho más despacio. La compañía necesita hacer de ella una ventaja competitiva y ganar dinero en sus coches (si lo consigue) en los de los demás. Pese a ello, el propio Elon Musk ha advertido que la propia tecnología disponible frena sus avances y los resultados de otras compañías dedicadas exclusivamente a la conducción autónoma tampoco son halagüeñas.