El desierto de Atacama es uno de los lugares más secos del mundo (pocos lugares son menos hospitalarios que este), y la ubicación perfecta para muchos de los mejores y más grandes telescopios del mundo gracias a reunir condiciones tan favorables para la observación astronómica como la nula contaminación lumínica, la gran altitud, la escasa cobertura de nubes o las casi inexistentes interferencia de radio. Sin embargo, un nuevo estudio ha añadido otro récord a esta zona, y es que el Altiplano de este mismo desierto es oficialmente el lugar más soleado de la Tierra. Después del Tíbet, es la meseta más alta del planeta, con una altitud media de 3.750 metros.
Comparable a la intensidad solar de Venus
Ningún lugar en la Tierra está más tostado por el Sol que el Altiplano. Situado cerca de la costa occidental de América del Sur hay una gran llanura cerca de la Cordillera de los Andes, el Altiplano del Desierto de Atacama. Con una altura de más de 4.000 metros, este lugar generalmente frío y seco de la Tierra también recibe más luz solar que cualquier otro lugar del planeta, incluso otros lugares que están más cerca del ecuador o que poseen una elevación más alta. Los científicos lo comparan incluso con estar en el planeta Venus (si estuvieras allí recibirías tanta radiación ultravioleta como en Venus). Esta zona también destaca por su cielo sin nubes y bajos niveles de ozono, aerosoles y vapor de agua.
Para ver si las grabaciones satelitales eran precisas, los científicos construyeron un observatorio atmosférico en 2016 en el límite noroeste de la meseta de Chajnantor en el desierto de Atacama, en el norte de Chile.
Cifras de récord
El análisis dirigido por la Universidad de Santiago reveló que esta ubicación en el desierto de Atacama es el lugar más soleado de la Tierra porque tiene las condiciones más despejadas. Tiene sentido que una región tan seca reciba más luz solar de la que le corresponde. En promedio, la región recibe alrededor de 308 vatios de radiación de onda corta (luz diurna) por metro cuadrado, casi el doble que Europa central y la cantidad más alta del mundo.
Además, la luz del sol en el Altiplano se vuelve increíblemente intensa durante la ruptura de las nubes, alcanzando hasta 2177 vatios por metro cuadrado, según los datos del observatorio, un registro que tuvo lugar durante un estallido de sol de verano en enero de 2017. Esta intensidad es comparable a la luz solar a aproximadamente 0,79 unidades astronómicas del Sol.
En su estudio, los científicos publicaron un conjunto de datos de cinco años registrado en un observatorio en el límite noroeste de la meseta de Chajnantor, a 5.418 metros sobre el nivel del mar. Descubrieron que la meseta no solo posee el nivel más alto de radiación de onda corta horizontal en todo el mundo, sino también otras características interesantes como que el fenómeno de dispersión de nubes desencadena intensas ráfagas de luz solar que solo acrecientan la cantidad de luz solar que llega a la superficie. Por lo general, las nubes bloquean la luz solar y reflejan la radiación de la luz hacia el espacio. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, las nubes pueden tener el efecto contrario y, en cambio, enfocar los rayos del sol en la superficie como una lupa. Es precisamente lo que ocurre en el Altiplano, donde la formación de nubes fragmentadas como cirros o cirroestratos que cubren una mínima parte del cielo, provocan esa consecuencia.
Aunque Mercurio está más cerca del Sol, Venus es el planeta más caliente de nuestro sistema solar, porque su atmósfera ultra espesa atrapa el calor como un invernadero elevando sus temperaturas hasta tal punto de poder derretir el plomo. Lógicamente el desierto de Atacama no es Venus, pero la intensidad de luz solar que recibe sí que es comparable, según los científicos que publican su trabajo en la revista Bulletin of the American Meteorological Society (BAMS). Las condiciones son tan extremas que no se han visto en ningún otro lugar del planeta.