ChatGPT nació siendo gratis. Midjourney, lo mismo. Aprovechar estos espectaculares modelos de IA generativa, como otros que competían con ellos, sigue siendo posible sin que sea necesario pagar un euro. La versión básica de ChatGPT sigue siendo gratuita, como también lo son Google Bard, Bing Chat o, en el caso de las imágenes, Stable Difussion o Bing Image Creator.
Sin embargo poco a poco estamos viendo cómo en realidad todo el ámbito de la inteligencia artificial está haciendo uso de un modelo de negocio muy conocido: el modelo freemium. Se proporciona un producto o servicio básico que cualquiera puede usar gratuitamente, pero luego ese mismo producto o servicio cuesta dinero si uno quiere usar una versión avanzada que expande las funciones del original.
Lo hemos visto desde luego con ChatGPT Plus y con lo que ocurrió con Midjourney, que dijo adiós a las cuentas gratuitas en marzo y dejó claro que si querías usar el mejor generador de imágenes por IA, tocaba pagar.
La avalancha de servicios de IA que nos piden pagar por ellos es asombrosa. Hay multitud de ellos, y las promesas son de lo más variadas. Crean resúmenes de documentos, nos ayudan a programar (aún más y mejor), extraen datos de forma automatizada, generan textos para redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, escriben cuentos para niños, nos preparan para entrevistas de trabajo, crean calendarios personalizados para alcanzar metas, generan fotos o vídeos de producto, o nos tratan de orientar en inversiones financieras, por ejemplo.
Todos esos servicios se basan en hombros de gigantes. Que en este caso es lo mismo que decir que se apoyan (especialmente) en las APIs de OpenAI, empresa que se ha logrado hacer de oro con un modelo de negocio en el cual el acceso a las prestaciones de ChatGPT o de DALL E 2 se puede externalizar e integrar en esa miriada de productos y servicios para adaptarlos a escenarios concretos.
En todos esos casos el discurso es el mismo. Te dejan probar gratis el servicio, si quieres aprovecharlo de verdad toca apoquinar. Los precios varían, pero por poner algunos ejemplos rápidos, Fina, un asesor financiero, cobra 8 dólares al mes. ScribbletoArt, que transforma tus garabatos en arte, cuesta 10 dólares al mes por 100 imágenes. Alphy, que transcribe audios, cuesta 5 dólares al mes. Y ChatNode, que crea chatbots personalizables, cuesta 19 dólares al mes para 2.000 mensajes al mes. En muchos de ellos hay varios planes: si los usas más, pagarás más, lógicamente.
Quizás por eso resulte curiosa la reacción que ha habido al conocerse los precios que tendría la suscripción a Microsoft 365 Copilot. La empresa de Redmond aprovechaba esta semana para anunciar una nueva alianza con Meta tras el lanzamiento de Llama 2, pero además hablaba de ese nuevo y ambicioso servicio y el coste que tendría.
Así, indicaron, Microsoft 365 Copilot tendría un precio de 30 dólares al mes. Es mucho más de lo esperado, afirmaban nuestros compañeros de Genbeta, que recordaban que para quienes se suscriban ese precio representará un aumento de entre el 52% y el 83% en el coste mensual que los clientes empresariales ya pagan por Microsoft 365.
¿Es, efectivamente, mucho más de lo esperado? Eso depende, claro, del partido que se les saque a estas herramientas. La propuesta de Microsoft parece clara a primera vista, pero quizás haya tener en cuenta lo que por ejemplo comentaba Steven Sinofsky, es directivo de Microsoft.
Y es que como él apuntaba en Twitter, esos 30 dólares no pagan solo «la IA», sino que es un coste en el que se incluye el aislamiento de datos, la privacidad, la seguridad y (probablemente, añadía), no estar expuesto a posibles demandas por violación de propiedad intelectual.
En efecto, la promesa de Microsoft 365 Copilot va más allá de ser un «ChatGPT» para Office, porque se centra muy especialmente en evitar los riesgos que impone el uso de ChatGPT en empresas. Como sabemos, este modelo no sabe guardar secretos, y eso ha provocado que varias compañías —Samsung, Apple, o JP Morgan entre ellas— veten o restrinjan su uso entre sus empleados.
Así que lo que se supone que la empresa paga con esos 30 dólares al mes (adicionales) es, además de potencia, tranquilidad. Garantizar que los datos que se van a usar en Microsoft 365 Copilot se mantienen aislados y a salvo es una promesa arriesgada por parte de la empresa de Redmond, pero si la cumple tenemos ante nosotros un servicio que puede, bien aprovechado, ser una pequeña revolución en la empresa.
Y lo puede ser porque como en el caso de GitHub Copilot, aquí estamos ante una herramienta que permitirá a los profesionales ganar (mucho) tiempo. El servicio les generará automáticamente resúmenes de documentos, presentaciones a partir de otros, y será teóricamente una poderosa fuente de inteligencia de negocio que, insistimos, permitirá usar datos internos sin miedo a que puedan «salir fuera».
Si Microsoft logra cumplir esa promesa estará desde luego ante la disrupción más importante de sus soluciones empresariales en años, y eso impone un coste elevado. Y sin embargo, que Microsoft 365 Copilot cueste 30 dólares seguirá pareciendo caro a quienes no le saquen partido, pero bien aprovechado apunta a ser una ayuda espectacular para mejorar la productividad e incluso la calidad del trabajo, dando a los profesionales más tiempo para resolver otras tareas que antes no podían resolver por tener que completar tareas más rutinarias.
En realidad, por tanto, el precio puede no ser ninguna burrada. Lo que sí es es la prueba definitiva de que aprovechar estas herramientas acabará obligándonos a pagar cuando las queramos aprovechar de verdad. Es posible que para un uso ligero o esporádico podamos conformarnos con las versiones básicas de esos servicios, pero una cosa está clara: usar IA de forma intensiva no va a ser «barato».
No al menos si no la aprovechamos de verdad. Si lo hacemos es probable que nos ahorre tanto tiempo y nos permita sacar tanto trabajo adelante que al final no solo nos parezca barata. Nos acabará pareciendo hasta un chollo. Y si no, que se lo digan al trabajador que ha logrado teletrabajar en tres empleos a jornada completa y ganar 315.500 euros anuales gracias a la IA.