El mundo ha cambiado sustancialmente en los últimos años, al menos para las compañías tecnológicas que, además de ofrecer productos digitales, comercializan dispositivos electrónicos. Los numerosos problemas de suministro causados por la pandemia junto a la guerra económica entre China y Estados Unidos son algunos de los motivos que les están llevando a replantearse sus esquemas de producción.
La reorganización está en marcha. Empresas del tamaño de Apple y Google han empezado a poner pie fuera del gigante asiático, conocido como “la fábrica del mundo”, un título que ha ostentado durante años sin rivales aparentes. El éxito de fábricas más allá de sus fronteras, aunque a ritmo lento, continúa. HP será la próxima compañía estadounidense en trasladar parte de su producción.
HP y el objetivo de diversificar la producción
El segundo fabricante de ordenadores del mundo, detrás de la china Lenovo, está buscando “mejorar la resiliencia” de su cadena de suministro, según Nikkei. El eje del plan para conseguirlo consiste en redistribuir la producción de sus portátiles entre tres nuevas ubicaciones: Tailandia, México y Vietnam. Los cambios, explica el mencionado medio, se implementarán de manera gradual.
La primera etapa comenzará este mismo año, con la fabricación de nuevos dispositivos en Tailandia y México. La etapa posterior llegará el año que viene, con la producción también en Vietnam. Este último país, recordemos, ha acogido la fabricación de diversos dispositivos de Apple y otras firmas tecnológicas, por lo que se trata de un destino recurrente para aquellos actores que buscan alejarse de China.
Pese a este escenario, recoge SCMP, desde HP aseguran que seguirán teniendo vínculos con gigante asiático y califican a los movimientos como alternativas para crear flexibilidad y mitigar riesgos. “China es una parte muy importante de nuestra cadena de suministro global y seguimos profundamente comprometidos con nuestras operaciones en Chongqing”, ha dicho un portavoz de la compañía.
El fabricante de ordenadores con sede en Palo Alto, California, tiene incluso intenciones de aumentar su presencia en china en áreas como la investigación y el desarrollo. De hecho, remarcan, abrieron en Chongqing un centro de I+D en Chongqing, distrito en que también poseen una instalación de fabricación de 20.000 metros cuadrados.
Otras compañías extranjeras, no obstante, tienen una perspectiva algo más dramática de lo que está sucediendo. Hideo Tanimoto, el presidente del fabricante de impresoras Kyocera, señala que fabricar productos para la exportación en China ya no tiene sentido, por lo que gran parte de su modelo económico ha sido comprometido.
“Funciona siempre que [los productos] se fabriquen en China y se vendan en China, pero el modelo comercial de producir en China y exportar al extranjero ya no es viable”, ha señalado el ejecutivo en una entrevista con Financial Times. Esta realidad, según Tanimoto, se debe principalmente a las sanciones comerciales provenientes de Estados Unidos.