La mayor fiebre del oro del mundo tiene su origen en Witwatersrand, una región de Sudáfrica. No en vano, ha servido como fuente de casi la mitad de todo el oro extraído de la Tierra. Que se dice pronto.
Esta región geológicamente única contiene algunos de los depósitos de oro más grandes del planeta. La cuenca se extiende aproximadamente 350 kilómetros de largo y 200 kilómetros de ancho y su nombre, «Witwatersrand» significa en afrikáans «cresta de aguas blancas», una referencia a las cascadas de la región y las crestas de cuarcita que dominan el magnífico paisaje sudafricano.
¿Cuándo se descubrió la mina?
El descubrimiento de oro en Witwatersrand se remonta a finales del siglo XIX. En 1886, George Harrison, un buscador de oro australiano, tropezó con un afloramiento de roca aurífera en la región y su hallazgo desató una auténtica ‘fiebre del oro’, que atrajo a miles de buscadores y condujo al establecimiento de la ciudad de Johannesburgo, actualmente la ciudad más grande de Sudáfrica.
El oro de la región se encuentra en antiguas rocas sedimentarias, que se depositaron en la cuenca de Witwatersrand hace aproximadamente 2.970 millones de años. Con el tiempo, los procesos geológicos han concentrado el oro dentro de la cuenca, formando depósitos de oro masivos que se siguen explotando. Varias minas de oro importantes operan en la cuenca, incluidas las minas Mponeng, Kromdraai y TauTona. La mina Mponeng, propiedad de AngloGold Ashanti, se considera la mina más profunda del mundo, alcanzando profundidades de más de 4 kilómetros bajo la superficie terrestre. A estas profundidades, los mineros se a enfrentan un calor extremo y condiciones de trabajo desafiantes para extraer el metal precioso.
El gran volumen de oro extraído de este lugar ha tenido un impacto significativo en el mercado mundial del oro y en la economía sudafricana. Se estima que casi el 50 % de todo el oro extraído alguna vez proviene de la cuenca de Witwatersrand; alrededor de 42.500 toneladas de oro desde que comenzó la minería de oro en el área a finales del siglo XIX. Como es de imaginar, la producción de oro en Witwatersrand ha sido un factor importante en la economía sudafricana y ha contribuido significativamente a la industria minera a nivel global.
De la misma forma, el desarrollo de la minería a gran profundidad en la región ha impulsado innovaciones en los sistemas de perforación, ventilación y enfriamiento necesarios para operar a profundidades tan extremas. A medida que continuamos explorando el potencial de este tesoro geológico, el legado de Witwatersrand, sin duda, seguirá siendo una parte fundamental de la narrativa de la industria de la minería del oro.
Aunque no es tan prolífica como antes, la extracción de oro en Witwatersrand hace que siga ostentando el valor de ser una importante región productora de oro. La disminución en la producción en las últimas décadas se ha debido a varios factores: agotamiento de las reservas de oro, ya que la extracción imparable durante más de un siglo han llevado a que las reservas restantes se estén volviendo cada vez más escasas y de difícil acceso; también ha influido el aumento de la profundidad de la minería: cada vez hay que excavar más profundo para acceder a las reservas restantes y la minería a estas profundidades es considerablemente más costosa y complicada; también hay que tener en cuenta los desafíos económicos, pues la industria de la minería del oro en Sudáfrica se enfrenta a disputas laborales, incremento de los costes e incertidumbre regulatoria, que han llevado al cierre de muchas minas y a una reducción de la inversión en el sector, contribuyendo aún más a la disminución de la producción de oro.
A pesar de estos desafíos, la extracción de oro en Witwatersrand continúa a medida que las empresas implementan nuevas tecnologías y estrategias para extraer las reservas de oro que aún quedan.