Hace apenas una semana, Apple marcaba un hito superando los tres billones de dólares de valoración. No era la primera vez que lo conseguía, pero en el primer intento en enero de 2022 no terminó el día con esa capitalización.
Las cotizaciones de las grandes compañías en bolsa hacen que sus fundadores o directores ejecutivos suban como la espuma en la lista de personas más ricas del mundo. La respuesta de las bolsas responde a factores tan volátiles como la impresión que deje en los inversores el lanzamiento de un determinado producto como las Vision Pro o un simple podcast como le sucedió a Elon Musk.
Si pudiéramos volver atrás en el tiempo y valorar todos los activos de Steve Jobs cuando todavía estaba al frente de Apple antes de su muerte en 2011, ¿cómo sería de rico Steve Jobs en la actualidad?
La Apple de los 73.000 millones y un iPhone. Echamos la vista atrás hasta la Apple de 2007 justo antes de que Steve Jobs se subiera al escenario de la Macworld y pronunciara su One more thing más recordado. Justo antes de su presentación la compañía tenía una capitalización de 73.000 millones de dólares.
La presentación del primer smarphone de Apple le generó 19.000 millones en ingresos. Tres años más tarde, sus beneficios superaban los 100.000 millones de dólares anuales incrementando a su vez la valoración de la compañía.
Solo tres días antes del fatídico 5 de octubre de 2011 en el que nos dejaba Steve Jobs, la compañía alcanzaba su máximo histórico en la era Jobs: 360.000 millones de dólares.
Jobs y el 20% de Apple. Se estima que la fortuna de Steve Jobs en 2011 era de unos 10.200 millones de dólares. Lo más curioso es que, aunque era su CEO, la mayoría de su fortuna no provenía de Apple, sino de Disney.
Los 80 y 90 fueron amargos para Steve Jobs, que vio como le expulsaban de la empresa que fundó. En aquellos años Steve Jobs conservaba el 20% de las acciones de Apple, pero se deshizo del 19,9% por un valor de 100 millones de dólares, conservando ese 0,1% de forma simbólica para continuar recibiendo anualmente los informes económicos de la compañía que recibían todos los accionistas.
Las «otras Apple». Esos 100 millones sirvieron de base financiera para fundar la empresa de ordenadores NeXT que, ironías de la vida, Apple compraría en 1996 por 500 millones. Un año más tarde, Steve Jobs volviera a ser el director ejecutivo de Apple. Como parte de su retribución, Jobs recibió 5,5 millones de acciones de Apple. En 2011 esas acciones tenían un valor de 2.000 millones de dólares.
En su travesía por el desierto fuera de Apple, Jobs no solo tuvo tiempo de fundar NeXT, también fue uno de los fundadores del estudio de un pequeño y prometedor estudio de animación digital llamado Pixar. Cuando Disney compró Pixar en 2007, Jobs se embolsó 138 millones de acciones de Disney. Estas acciones le proporcionaban una riqueza de 8.000 millones en el momento de su muerte.
Viajando en el tiempo a 2023. Si a día de hoy Steve Jobs mantuviera sus porcentajes de participación principal en Disney y Apple, su fortuna sería mucho mayor de aquellos 10.200 millones de dólares que se estimaban en 2011. Ambas compañías han sufrido grandes cambios en sus estrategias y ambas lo han hecho con bastante éxito.
El asentamiento de los iPhone como smartphone de referencia, apoyado por productos y servicios que han convencido a usuarios e inversores han hecho que los 5,5 millones de acciones de Apple que recibió en 1997 hoy sumen un valor total de unos 29.600 millones de dólares.
Por otro lado, la expansión de Disney como plataforma de streaming de contenidos ha hecho que la compañía también haya incrementado su valoración bursátil, y los 138 millones de acciones se pagarían con 12.100 millones de dólares. En total, la fortuna de Steve Jobs en 2023 sería de unos 41.700 millones de dólares, por lo que ocuparía el puesto 28 de la lista de personas más ricas del mundo.
A toro pasado. Si el Jobs de los años 90 hubiera conservado su 20% de participación en Apple, su fortuna en 2023 habría quedado por encima de los 600.000 millones de dólares. Esta cantidad casi triplica los 211.000 millones de dólares de Bernard Arnault, el magnate de la moda de lujo que ostenta el número 1 de esta lista, y supera con creces los 180.000 millones en los que se estima la fortuna de Elon Musk.