Al igual que los seres humanos, los elefantes también buscan una dieta variada, incluso llegando a cambiar lo que cenan cada noche, según concluye un nuevo estudio publicado en la revista Royal Society Open Science. Parece que los elefantes también tienen preferencias a la hora de alimentarse, lo que explica por qué se alimentan en grupos, ya que ajustan sus dietas en función no solo de la disponibilidad, sino también de sus propias preferencias y necesidades fisiológicas para evitar conflictos relacionados con los alimentos. Las preferencias dietéticas de los elefantes, al descubierto.
«Cada elefante necesita variedad, un poco de sabor, no literalmente en su comida, sino en sus hábitos dietéticos«, aclara Tyler Kartzinel, profesor asistente de estudios ambientales y ecología, evolución y biología de organismos en la Universidad de Brown y coautor del trabajo.
Qué aburrido cenar lo mismo todos los días
No somos los únicos a los que nos gusta variar lo que comemos. Los investigadores han descubierto que estos animales consumen una miríada de tipos diferentes de plantas y alteran su dieta según el clima y sus propias preferencias. Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron metabarcodificación del ADN para determinar exactamente qué comían dos manadas de elefantes en Kenia. Esta técnica consiste en analizar muestras biológicas, como cabello o heces, y comparar los fragmentos de ADN extraídos con una biblioteca de ‘códigos de barras’ de ADN vegetal. Al hacer coincidir estos fragmentos con una biblioteca de códigos de barras de ADN de plantas, pudieron identificar los tipos específicos de plantas consumidas por cada elefante.
Detectaron hasta 137 códigos de barras de ADN de plantas únicos en una muestra fecal, lo que revela el verdadero grado de variación en la dieta de un individuo. Y estudio marca la primera aplicación exitosa de metabarcodificación de ADN para abordar preguntas de larga data sobre la ecología de alimentación social de los animales.
Una nueva visión
Este hallazgo revela que las diferencias dietéticas entre los individuos son mucho mayores de lo que se suponía anteriormente.
«Cuando hablo con personas que no son ecologistas, se sorprenden al saber que nunca hemos tenido una imagen clara de lo que todos estos grandes mamíferos carismáticosrealmente comen en la naturaleza», explica Tyler Kartzinel, profesor asistente de estudios ambientales y de ecología, evolución y biología de organismos en Brown y coautor de la investigación. “La razón es que estos animales son difíciles y peligrosos de observar de cerca, se mueven largas distancias, se alimentan de noche y en arbustos espesos y muchas de las plantas de las que se alimentan son bastante pequeñas”.
Aunque los investigadores lograron descubrir patrones dietéticos a gran escala, no pudieron identificar los diferentes tipos de plantas que comen los elefantes individuales.
Este descubrimiento podría tener importantes implicaciones para los biólogos de la conservación.
Les proporcionará información sobre la creación de entornos con una amplia variedad de plantas para ayudar a los elefantes a reproducirse con éxito y aumentar sus poblaciones. Los hallazgos del estudio arrojan luz sobre cómo los lazos sociales mantienen unidos a los grupos familiares de elefantes en un mundo de recursos limitados. Así, aunque estén juntos, compartiendo el mismo entorno y por tanto las mismas plantas, sus preferencias y necesidades hacen que esto no resulte en una competencia con el grupo.