El núcleo interno de la Tierra es una parte fascinante y misteriosa de nuestro planeta que ha cautivado a los científicos durante muchas décadas. Y ahora, parece que contrariamente a las suposiciones anteriores sobre este asunto, el núcleo interno de la Tierra no es una masa uniforme, sino que se asemeja a un tapiz diverso compuesto por diferentes «tejidos», a tenor de las conclusiones del último estudio publicado en la revista Nature Communications.
Así las cosas, abriendo una nueva ventana a los confines más profundos de nuestro planeta, el núcleo interno no es la masa homogénea que una vez asumieron los científicos, sino que es algo más complejo.
«Por primera vez confirmamos que este tipo de falta de homogeneidad está en todas partes dentro del núcleo interno», explica Guanning Pang, del Departamento de Geología y Geofísica de la Universidad de Cornell y autor principal del nuevo estudio.
Los investigadores analizaron miles de terremotos que rebotan en el centro de metal sólido de la Tierra. Concretamente, utilizaron datos sísmicos de una red global de 20 conjuntos de sismómetros que están diseñados para detectar señales diminutas de explosiones nucleares subterráneas. Estos consistían en instrumentos colocados en pozos perforados hasta 10 metros de profundidad en formaciones de granito, dispuestos en patrones para mejorar las señales que captan, similares a antenas parabólicas. Al medir esta retrodispersión en una red mundial de instrumentos de detección, los científicos pudieron mapear su estructura interna.
«Nuestro mayor descubrimiento es que la falta de homogeneidad tiende a ser más fuerte cuando se profundiza. Hacia el centro de la Tierra, tiende a ser más fuerte», destaca Pang. «Creemos que este tejido está relacionado con la rapidez con la que crecía el núcleo interno. Hace mucho tiempo, el núcleo interno creció muy rápido. Alcanzó un equilibrio y luego comenzó a crecer mucho más lentamente», dijo el sismólogo Keith Koper, coautor del trabajo.
Los investigadores exponen que su descubrimiento aporta una «nueva visión» de cómo el núcleo interno de la Tierra ha crecido y se ha solidificado con el tiempo. «No todo el hierro se volvió sólido, por lo que algo de hierro líquido podría quedar atrapado en el interior», concluyen los expertos.
El núcleo interno de la Tierra es la capa más interna de nuestro planeta, ubicada aproximadamente a 6371 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra. Se cree que está compuesto principalmente por una aleación de hierro y níquel, con algunos elementos más ligeros como oxígeno, silicio y azufre también presentes. El núcleo interno se caracteriza por su estado sólido, a pesar de las extremas presiones y temperaturas que existen en esta región.
Capas de la Tierra
La Tierra está compuesta de varias capas distintas, cada una con sus propias propiedades únicas. Estas capas son, de la más externa a la más interna:
Corteza: La corteza terrestre es la capa más externa, formada por corteza continental y oceánica. Esta capa está formada predominantemente por rocas de silicato y varía en espesor, entre 5 y 70 kilómetros.
Manto: Debajo de la corteza se encuentra el manto, que constituye aproximadamente el 84% del volumen de la Tierra. El manto está compuesto de roca sólida, pero se comporta como un fluido viscoso en escalas de tiempo geológicas, lo que permite que ocurra el proceso de convección.
Núcleo exterior: El núcleo exterior es una capa de hierro fundido y níquel que rodea el núcleo interior. Tiene aproximadamente 2200 kilómetros de espesor y es responsable de generar el campo magnético de la Tierra a través del proceso de geodinamo.
Núcleo interno: El núcleo interno, como se mencionó anteriormente, es la capa más interna de la Tierra y se compone principalmente de una aleación de hierro y níquel.