Tom Stuker, un hombre de 69 años de Nueva Jersey, se ha ganado la distinción de ser el viajero más frecuente del mundo, acumulando impresionantes 23 millones de millas de vuelo. Lo que lo diferencia no es sólo su kilometraje increíble, sino también la forma única en que paga por sus vuelos.
En 1990, Stuker tomó una decisión audaz y gastó USD 290.000 en un pase vitalicio e ilimitado de United Airlines. Esta inversión terminó lanzándolo a aventuras que la mayoría de nosotros sólo podemos soñar. El asiento 1B en el avión se convirtió en su segundo hogar en un viaje sin fin, cruzando los cielos y acumulando millones de millas. Para ilustrar su extraordinario viaje, su mejor año fue 2019, en el que tomó 373 vuelos, cubriendo la asombrosa distancia de 2,3 millones de kilómetros. Si hubiera tenido que pagar por esos boletos de su bolsillo, habría costado USD 2,44 millones, demostrando un impresionante retorno de la inversión.
Mientras la mayoría de los viajeros se enfocan en acumular millas para obtener vuelos gratis, Stuker tiene una motivación diferente. Su preciado pase vitalicio le permite acumular puntos con facilidad, y disfruta de los beneficios exclusivos que vienen con el estatus Global Services de United. Aunque el valor de las millas disminuye cuando se tiene acceso ilimitado a asientos confirmados en primera clase y clase ejecutiva, Stuker sigue acumulando millas con determinación. Entonces, ¿qué hace con todas estas millas? De manera interesante, se desvía del camino común, canjeándolas por una amplia variedad de premios que no están relacionados con vuelos. Desde lujosas suites de hotel y cruceros Crystal, hasta comidas gourmet e incluso tarjetas de regalo de Walmart por valor de USD 50.000 para renovar la casa de su hermano. En un giro sorprendente, incluso pujó millas en una subasta para asegurarse un cameo en la icónica comedia de televisión Seinfeld. Claramente, la pasión de Stuker por volar va más allá de los cielos y se adentra en el reino de las experiencias extraordinarias.
El trato que United Airlines le brinda a Stuker es un testimonio de su aprecio por sus clientes más leales. A pesar de que no es un pasajero muy rentable, la aerolínea se esfuerza por honrar y celebrar sus logros. Han nombrado aviones en su honor, han organizado fiestas para él, y han fomentado una camaradería entre él y su personal. La lealtad inquebrantable de Stuker y sus elogios efusivos a la aerolínea se han convertido en una fuente de publicidad positiva, mostrando el vínculo único que puede existir entre un pasajero y una aerolínea que va más allá de una simple transacción comercial.