La investigación fue realizada por Connecting Vets, que entrevistó a varios operadores, abogados militares y controladores de ataque terminal conjunto de la Fuerza Aérea de EE.UU.
RT.-Pilotos de drones estadounidenses filtraron un video de ataques, que fueron realizados en el 2019 en Afganistán y provocaron la muerte de varios civiles, entre ellos al menos un niño. Las imágenes fueron difundidas este martes como parte de una investigación del medio Connecting Vets, que entrevistó a varios operadores, abogados militares y controladores de ataque terminal conjunto de la Fuerza Aérea de EE.UU.
«Los ataques con drones eran punitivos. Matar por matar«, afirmó uno de los operadores, cuya identidad no fue revelada. «Es nihilista, no tiene sentido», señaló otro. «Estaba claro que no estábamos marcando la diferencia», agregó. Las fuentes señalaron que en estos ataques habrían fallecido muchos más civiles de los que el Pentágono confirmó.
Así, un piloto de un Boeing Insitu ScanEagle admitió que mató por error a dos ciudadanos afganos y a un menor mientras trabajaba con los marines estadounidenses en la provincia de Hilmand, al suroeste del país. «Mi productividad de hoy se ha desbaratado. Hemos matado a dos hombres inocentes y a un cargador [jerga militar para referirse a un niño]. Iban en una motocicleta y, por mala suerte, entraron en la misma intersección que nuestro objetivo cuando el fuego infernal impactó», reveló en una nota de su diario, que contaba el incidente y fue citada por el medio.
El operador detalló que su objetivo era un afgano en una motocicleta que había estado usando una radio de dos vías, que era común en Helmand, después de que las torres de telefonía celular fueron eliminadas y que también era, a los ojos de los militares norteamericanos, motivo razonable de sospecha.
«Estábamos tratando de matar a un tipo con una radio que había encontrado antes», escribió. «Atravesó la explosión y siguió adelante. Vi a un transeúnte cargar los cuerpos en un camión y llevarlos a un hospital. Están todos muertos«, añadió.
Sin embargo, Connecting Vets señaló que el Departamento de Defensa de EE.UU. solo registró una víctima civil en la fecha del ataque, que era «probablemente el niño pequeño», mientras que dejó fuera a los dos adultos que, según el organismo, «simplemente estaban allí».
Por su parte, otro operador de drones describió cómo un civil murió por un misil aire-tierra. Relató que el afgano estaba hablando por una radio bajo un árbol y cuando se dirigía a su casa, un AGM-114 Hellfire le alcanzó.
«Una anciana salió corriendo del recinto. Se puso de rodillas junto a este tipo y se pudo ver la desesperación, estuvo golpeando el suelo, golpeándose a sí misma», dijo. «Estaba de rodillas junto a este tipo con los puños cerrados hacia el cielo, agitando sus puños hacia mí«, agregó.
Aumento de ataques con drones de las fuerzas estadounidenses
Las estadísticas, publicadas en el 2020 por el Mando Central de las Fuerzas Aéreas de EE.UU., muestran un marcado aumento en el número de ataques aéreos en Afganistán en los años 2018 y 2019, con un crecimiento de seis veces, desde menos de 1.000 ataques en el 2015 a 7.423 en el 2019.
De acuerdo a un informe del 2017 de un grupo de expertos del Consejo de Relaciones Exteriores, el uso de drones fue ampliado «enormemente» y normalizado por el exmandatario de EE.UU., Barack Obama, para la lucha contra el terrorismo», con 542 ataques que mataron a unas 3.797 personas en varios países.
Por su parte, Donald Trump llevó el programa aún más lejos. La autorización para los ataques con drones se delegó en los comandantes de campo como parte de una estrategia del Consejo de Seguridad Nacional para conseguir que los talibanes* acordaran una estrategia de salida para las fuerzas estadounidenses. Además, puso fin en el 2019 a una norma que obligaba a informar de todas las muertes provocadas por este tipo de ataques.
Una campaña de presión contra los talibanes
«Creo que hubo dos factores principales que realmente impulsaron ese cambio en Afganistán», apuntó Jonathan Schroden, analista de Afganistán y de la lucha contra el terrorismo, a Connecting Vets. «Quedó cada vez más claro que las fuerzas de seguridad afganas no iban a ser lo suficientemente capaces de operar de forma independiente en una campaña de tipo contrainsurgente en cualquier momento, y es discutible si incluso alguna vez llegarían a ese punto en plazos que serían relevantes», explicó.
Según el experto, el segundo factor fue la decisión de la administración Trump de «dejar de lado la condición previa que había existido antes de insistir en que el Gobierno afgano participara en cualquier negociación con los talibanes, y aceptar la condición de los talibanes para las conversaciones, que era que EE.UU. se comprometiera con los talibanes directamente».
«Ese cambio de política, y la posterior participación directa en las negociaciones con los talibanes, condujo a la idea de que Estados Unidos tenía que generar influencia en esas conversaciones«, detalló, añadiendo que «parte de la forma de hacerlo era aumentar la presión militar» sobre los radicales.