Un avance revolucionario ha sacudido esta semana nuevamente el mundo de la ciencia planetaria: los científicos de la NASA tienen pruebas convincentes de la presencia de un ciclón polar en el planeta Urano. Esto es algo que nunca antes se había observado en este planeta.
Concretamente, usando el Very Large Array Telescope, los científicos de la NASA detectaron este fenómeno en el polo norte de Urano, lo que reafirma un principio importante que se aplica a todos los planetas con atmósferas sustanciales en nuestro sistema solar: sean gaseosos o rocosos, sus atmósferas suelen presentar un vórtice giratorio en los polos.
Vistas sin precedentes
Urano sigue siendo el planeta más inexplorado a pesar de ser uno de los más intrigantes de nuestro sistema solar; solo una nave espacial ha pasado volando por el planeta (la sonda espacial Voyager -2) y eso fue en la década de 1980 (concretamente en 1986). Ahora, los astrónomos que utilizan Karl G. Jansky Very Large Array en Nuevo México, han observado un punto brillante y compacto centrado en el polo norte de Urano en varias longitudes de onda. Esta característica probablemente indica la presencia de un ciclón polar, dicen los expertos.
“Estas observaciones nos dicen mucho más sobre la historia de Urano”, explica Alex Akins, del NASA’s Jet Propulsion Laboratory. “Es un mundo mucho más dinámico de lo que piensas. No es solo una simple bola azul de gas. Están sucediendo muchas cosas debajo del capó”.
Y es que los investigadores observaron debajo de las nubes del gigante de hielo y determinaron que el aire que circula en el polo norte de Urano parece ser más cálido y seco. Estos nuevos detalles también se deben a la posición del planeta en órbita. Tarda 84 años en completar una vuelta completa,por lo que durante las últimas décadas los polos no apuntaban hacia la Tierra. Ahora, está en una posición mucho más propicia, de ahí que en los últimos años, Urano se haya convertido en un tema de estudio más atractivo y popular.
Así las cosas, esta nueva investigación indica que la Voyager 2 de la NASA pudo haber observado un ciclón polar hace décadas aunque en aquel momento no se llegó a esta conclusión. Y es que, la sonda Voyager 2 detectó por primera vez esta inusual característica de remolino en la región polar de Urano, pero las mediciones infrarrojas tomadas por la nave espacial no pudieron revelar variaciones de temperatura que pudieran ser indicativas del ciclón. Alternativamente, algo extraño podría estar pasando.
“¿El núcleo cálido que observamos representa la misma circulación de alta velocidad vista por la Voyager? ¿O hay ciclones apilados en la atmósfera de Urano?”, se pregunta Akins.
Descubrieron que el aire circulante en el polo norte parecía ser más cálido y seco, indicadores de un potente ciclón. Estas observaciones, realizadas en 2015, 2021 y 2022, permitieron a los investigadores profundizar más que nunca en la atmósfera de Urano. Los científicos apuntan a que el ciclón en Urano tiene una forma compacta, que es similar a las vistas en Saturno por la nave espacial Cassini. Y, al igual que el planeta Saturno, Urano también tiene aire más cálido y seco en su centro que en los alrededores.
“El hecho de que todavía estemos descubriendo cosas tan simples sobre cómo funciona la atmósfera de Urano realmente me emociona por saber más sobre este misterioso planeta”, dicen los expertos.
Con este descubrimiento, ahora se ha confirmado que existen ciclones o anticiclones (que giran en dirección opuesta a su planeta anfitrión) en los polos de todos los planetas de nuestro sistema solar con atmósferas sustanciales, excepto en Mercurio.
Como curiosidad, Urano fue descubierto por el astrónomo y músico germano-británico sir William Herschel en 1781. Fue el primer planeta que se descubrió con un telescopio y fue bautizado en honor a la deidad griega del cielo, lo que lo convierte en el único planeta de nuestro sistema solar que lleva el nombre de un dios griego en lugar de uno romano.