A finales del año pasado supimos que la competición futbolística, extremadamente orientada al show, organizada por Gerard Piqué, se llamaría Kings League y tendría muchas diferencias con el fútbol tradicional. Luego supimos que estaba siendo un gran éxito a nivel de seguimiento, hasta el punto de meter a 92.000 personas en el Camp Nou para una Final Four que fue seguida por más de 2 millones de usuarios en Twitch, TikTok y YouTube.
Supimos también que los patrocinios acompañaban a esta buena dinámica, con marcas pagando «desde cinco cifras hasta el millón de euros» según fuentes citadas por El Confidencial.
El sueldo que estaban cobrando sus jugadores: 75 euros brutos por partido, el equivalente a 300 euros brutos al mes; ya que es la competición quien abona estos pagos, no los clubes. Eso sí, hay dos jugadores por equipo, de libre contratación, que sí pueden tener un salario mayor, pero abonado por el presidente. Hay quien lee esta cifra desde el prisma de «75 euros por cuarenta minutos de trabajo», hay quien la lee desde «300 euros por pasarte el mes entrenando, cuidándote y estando en forma para jugar partidos vistos por millones de personas».
Piqué prometió una subida de sueldos. El máximo mandatario de la competición hizo el anuncio, micrófono en mano, en la fiesta tras la Final Four: «Esto solo ha hecho más que empezar, vamos a subir sueldos», dijo mientras era jaleado. «¡Piqué, Piqué, Piqué…!», cantaron a su alrededor. Hace unos días algunos futbolistas recibieron sus contratos para el segundo split y comprobaron cómo la cifra de su ficha era idéntica a la anterior, algo que motivó que empezaran a protestar para poder cobrar más, tal y como Piqué prometió.
Algunos presidentes de clubes han querido añadir matices. Gerard Romero, presidente de Jijantes FC, explicó que «Piqué dijo, en una fiesta, que se les subiría, pero no se les dijo cuándo», y que «la liga en su momento dará las explicaciones que tenga que dar, porque nadie prometió que esto sí o sí iba a pasar, y la sensación que tenemos es que esto será para la próxima temporada».
Spursito, presidente del Rayo de Barcelona, dijo durante una charla con Ibai que tenía una idea: que todos los presidentes pusieran el mismo dinero cada mes en un fondo común, y que de ese fondo salieran los sueldos de los futbolistas. El segundo split trae una novedad: la Queens League, idéntico formato al de Kings League, pero con jugadoras en vez de jugadores. Incluido el aspecto financiero.
La Kings League nos explica que «lo solucionaremos, pero de forma privada». Al ser contactados sobre este tema, desde la competición nos explicaron que «ya se dijo públicamente en varias ocasiones que habría un aumento de salarios, pero no se definió que fuera a ser al inicio del segundo split», así como que recientemente hubo una reunión con los jugadores para tratar varios asuntos, incluido este, y que «lo solucionaremos, pero de forma privada», añadiendo que pronto estará resuelto.
Ni el acuerdo con Mediaset ha cambiado los sueldos… de momento. A los 2,5 millones de seguidores en Twitch (y otro medio millón en YouTube) logrados por la Kings League hay que añadir el mencionado acuerdo con Mediaset anunciado por la competición: este torneo también se ha empezado a emitir en Cuatro; algo que debería aumentar el alcance, pese a que la primera jornada tuvo una audiencia relativamente discreta para tratarse de la televisión en abierto. Tanto la Queens como la Kings League lograron una cuota promedio del 3,5% (295.000 y 382.000 espectadores respectivamente), cifra inferior al promedio de la cadena (4,3%). Por supuesto, no era la única forma de ver los partidos, que continuaban emitiéndose en Twitch.
Varios jugadores empezaron a plantear una huelga, según contó Relevo, que todavía no se ha dado, si bien se ha especulado con que se iba a dar margen para jugar la primera jornada y ver si se producía una respuesta por parte de la competición. De no darse, llegaría la huelga.
Los 120 jugadores que fueron elegidos tras el draft previo al primer split provienen en su gran mayoría del fútbol amateur, aunque también fueron llegando exfutbolistas profesionales como Ronaldinho, Saviola, Barral, Nico Pareja o Ricardo López. 13.000 personas se postularon para formar parte de esta liga antes de su primer partido, y los patrocinios llegaron con grandes empresas que apostaron por esta competición: Adidas, Spotify, Grefusa, Infojobs, Cupra, Mahou, Xiaomi, Imagin… Para la Queens League se añadió Oysho como principal sponsor para acompañar al nombre del torneo.
Tras el éxito, la polémica llega a una competición para la que casi todo hasta ahora habían sido éxitos, más allá de las palabras de menosprecio de Javier Tebas, presidente de LaLiga («La Kings League es un circo, es como si comparas LaLiga con Pasapalabra»), o de algunas tensiones por decisiones arbitrales y la normativa de la competición.
Sobre todo por el hecho de que los presidentes, streamers, arrastran a las grandes audiencias; pero los futbolistas, pese a venir del fútbol amateur, son quienes acaban siendo los obreros del espectáculo… por 75 euros brutos por partido.
La audiencia en Twitch no ha cambiado respecto al primer split. En esta primera jornada llegó a los 446.000 espectadores de media, con un pico de 604.000 espectadores en el Saiyans FC vs Ultimate Móstoles. Una cifra muy similar a la que logró en el debut de la competición, el 1 de enero. Habría que sumar las cifras de Cuatro, así que no ha habido caída de audiencia, por lo que si hay polémica por los salarios, no se ha trasladado a boicot alguno. Tampoco tiene sentido comparar esta jornada con la Final Four, que sí logró una mayor audiencia, pero se trataba de un partido mucho más relevante.
Tampoco parece que haya habido una gran respuesta del público a esta polémica, de la que todavía no se sabe si derivará en huelga o todavía no; más allá de la controversia mediática por los artículos publicados en medios o por las preguntas hechas a los presidentes en emisiones en Twitch. Generó más controversia el precio de las camisetas de los doce clubes de la liga, a 70 euros la unidad.