Microsoft y Google han reaccionado bastante rápido a la llegada de OpenAI. La primera lo ha hecho literalmente subiéndose al barco de ChatGPT, mientras que Google se ha apresurado a lanzar su propio Chatbot, Bard. ¿Qué está haciendo Apple mientras tanto en el terreno de la IA? Pues aparentemente no mucho.
En The Information han publicado un extenso informe tras entrevistarse con más de una treintena de antiguos empleados de Apple que trabajaron en sus departamentos de IA y machine learning antes de saltar a otras empresas. De esas entrevistas se desprende que la compañía está sufriendo no pocos problemas a la hora de desarrollar modelos de lenguaje que le permitan lanzar su propia alternativa a ChatGPT o siquiera actualizar Siri para que el asistente no parezca un chiste comparado con las funciones de los nuevos Chatbots.
Un primer problema es la fuga de talento. Apple perdió a tres de los ingenieros que estaban trabajando en mejorar Siri: Srinivasan Venkatachary, Steven Baker, y Anand Shukla. Los tres llegaron a Cupertino en 2019 tras la compra de una firma llamada Laserlike, pero se fueron en 2019.
Para empeorar las cosas, los usuarios de dispositivos Apple no son los únicos descontentos con las respuestas que da Siri. Los empleados de la compañía también critican la falta de funcionalidad del asistente. Las entrevistas revelan que el mismísimo jefe del equipo encargado del visor de realidad mixta, Mike Rockwell, trató de integrar Siri para usarla en los controles de voz del dispositivo y acabó tan frustrado que acabó considerando crear su propia plataforma de controles de voz. La idea, por supuesto, fue descartada.
A nivel de desarrollo, el problema con Siri no es tanto el modernizar su dataset o su modelo de lenguaje, sino la manera en la que este mejora, que es a base de errores. Referencias a reuniones internas revelan que los ingenieros de Apple no logran convencer a los directivos de la compañía de hacer que Siri cometa más errores para que pueda aprender. Los directivos sencillamente no quieren correr el riesgo de que el asistente protagonice titulares negativos como los que le cayeron a ChatGPT o a otros chatbots por sus frecuentes errores o salidas de tono.
Todo esto ha terminado por generar un clima interno de escepticismo. Según el informe de The Conversation, muchos ingenieros creen que Apple no será capaz de ponerse a la altura de la tecnología de IA creada por compañías como OpenAI sencillamente por cuestiones de política de empresa. Otro informe publicado hace unos días en el New York Times apunta a los mismos problemas y añade que los errores de diseño de Siri hacen muy difícil actualizar el asistente para que esté a la altura de ChatGPT.