Cómo funcionan los dispositivos digitales para el tratamiento médico de los niños con talla baja

La problemática de los niños con talla baja tiene su origen en algunos cuadros como las enfermedades endócrinas, desnutrición, diabetes, afecciones de un órgano central, tales como el corazón, el riñón o los pulmones; y la restricción del crecimiento fetal, un ejemplo ello tiene lugar cuando el bebé no se desarrolla adecuadamente durante el embarazo.

En el caso de la deficiencia de la hormona del crecimiento, que se manifiesta cuando el organismo no la produce adecuadamente, el tratamiento se basa en la administración diaria en forma subcutánea de una inyección. Esta indicación, idealmente, se inicia desde el momento del diagnóstico hasta que el niño finalizó con su etapa biológica de crecimiento. Esta inoculación es posible a través de una hormona de crecimiento humana biosintética.

Durante el reciente 11° Congreso Internacional de Endocrinología Pediátrica (IMPE 2023), llevado a cabo en Buenos Aires, se abordaron extensamente las herramientas que las nuevas tecnologías y la ciencia ponen a disposición de estas terapias. En ese tono, los especialistas destacaron la disponibilidad de dispositivos digitales más amigables para la aplicación subcutánea, con agujas más pequeñas e, incluso, con unas especiales para los pacientes de menor edad.

Estos aparatos permiten monitorear el cumplimiento de la administración de la medicación en tiempo real. Son instrumentos que contribuyen a incrementar la adherencia al tratamiento, lo que se traduce en mejores resultados en la salud y en un mayor crecimiento del niño. A su vez, el ecosistema digital también cuenta con la disponibilidad de aplicaciones que, mediante el uso del celular, ofrecen consejos saludables sobre temas como alimentación, nutrientes esenciales y actividad física.

Las nuevas tecnologías permiten, entre otros puntos, monitorear el cumplimiento del tratamiento (Getty)

Uno de los estudios destacados por los expertos en el IMPE 2023, que permitió cuantificar los beneficios del cumplimiento de la terapia, fue el denominado “Adherencia al tratamiento con hormona de crecimiento usando un dispositivo de transmisión de datos en Latinoamérica: Estudio de exploratorio, descriptivo de evidencia del mundo real”. La investigación fue realizada por científicos de Argentina, Brasil, Alemania, Estados Unidos, Suiza y Países Bajos.

Los autores analizaron los datos de adherencia y crecimiento de 6.207 pacientes, de entre 2 y 18 años, de 12 países de Latinoamérica -incluido Argentina- durante 4 años. Todos las personas contaban con un dispositivo que permitía realizar un seguimiento a distancia y el control exacto de la aplicación del medicamento y de la cantidad administrada.

Los resultados indicaron que casi 7 de cada 10 pacientes (68%) “mostraron elevados índices de adherencia al tratamiento, un 25% reflejó una adherencia intermedia y solo el 7% baja adherencia”. Como conclusión, aquellos que mostraron un mayor cumplimiento lograron en promedio un crecimiento de 1,1 centímetros por sobre los menos adherentes durante el período que duró el estudio.

La administración y el cumplimiento en tiempo y forma del tratamiento se traducen en mejores resultados / (Freepik)

En ese sentido, el doctor Ignacio Bergadá, médico endocrinólogo pediatra, copresidente del Congreso Internacional de Endocrinología Pediátrica y vicedirector del Centro de Investigaciones Endocrinológicas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, sostuvo: “Es muy importante poder medir con datos objetivos cómo crece un paciente con elevado nivel de cumplimiento y cómo no lo hace el de menor adherencia, y eso ya está suficientemente demostrado”.

Según Bergadá, “otra posibilidad que brindan estas plataformas de monitoreo constante en tiempo real de la aplicación de medicaciones de alto costo es para los prestadores de salud, que ahora disponen de herramientas que les permiten confirmar que lo que están financiando tenga la eficacia que debe tener”.

Bajo estos preceptos, el endocrinólogo explicó que la terapia en base a hormona de crecimiento implica un tratamiento diario, con inyecciones, “que no deja de ser mínimamente invasivo y, en el inicio, algunas veces se ve que los niños y los padres pueden llegar a mostrarse temerosos, lo que puede ser una de las razones de interrupciones del tratamiento. Mientras que, a lo largo del tiempo -teniendo en cuenta que son tratamientos que suelen durar 7 u 8 años– el niño crece, se convierte en un adolescente, ve que ya no es tan bajo porque creció y, como todo adolescente, puede expresar cierta rebeldía y no mantener una adherencia permanente; pero son algunos casos, no es siempre así”.

Es fundamental la intervención de un pediatra para supervisar el tratamiento de los niños con talla baja (Getty)

“Hay muchos trabajos hechos en Latinoamérica y en otras regiones que monitorean el cumplimiento con un sistema muy preciso -siguió Bergadá-, que es un sistema de plataforma tecnológica que muestra que la proporción de pacientes que registran mayor cumplimiento es la que mejores resultados obtiene. Y, a la inversa, aquellos cuya adherencia es inferior, crecen menos”.

Una de las claves a la hora de abordar la deficiencia de la hormona del crecimiento es el diagnóstico, tal como describió el endocrinólogo. “Cualquier problema de retardo de crecimiento, cuanto más temprano se identifique, mejor será la recuperación. La mejor forma de poder anticiparse a problemas de crecimiento es hacer los controles pediátricos de salud en todas las edades de la pediatría, no solo en los primeros años de vida y no solo cuando el niño está enfermo. Tenemos que diferenciar los casos de niños que son bajos normales por razones de talla baja familiar, de aquellos que son bajos porque no están creciendo bien”, dijo el especialista.

Y cerró: “El pediatra tiene el conocimiento y las herramientas para chequear si el niño no está siguiendo el patrón de crecimiento esperable que tiene que tener. Respecto de los padres, sin dudas deben estar atentos a los cambios en la talla de la ropa o el calzado o en comparación con otros niños o hermanos menores, son observaciones que podrán ser signos que ameriten la consulta”.