Muchas de las costumbres que eran características en Semana Santa, en décadas pasadas, han quedado en el olvido, ya que nuevas generaciones no dieron continuidad a las tradiciones y creencias.
Muchas prohibiciones de esta época ya son cosas del pasado que tenían que ver con gastronomía, actividades religiosas y culturales.
Para la Semana Mayor se tenía por tradición que los barrios estuvieran prácticamente en silencio, ya que la mayoría de los colmados y lugares de expendio de bebidas alcohólicas no colocaban música secular y preferían irse por un lado “más reflexivo”.
Para el Viernes Santo, las estaciones de radio cambiaban su programación de salsa, baladas, merengue, bachata y urbana, para colocar música sacra e instrumental.https://www.youtube.com/embed/5XVrtsOP_n0?feature=oembed
La movida a la era del dembow acabó con esta tradición de la llamada “música de muerto”.
Los conciertos en playas, tarimas y estruendosas disco light, con mezcla en vivo de dj, dominan los ambientes y son los centros de atracción y concentraciones masivas de personas.Reproductor de vídeo00:0001:47
En la programación televisiva, se giraba a series de dibujos animados y películas de contenido religiosos, de personajes de la biblia, como el diluvio, los 10 mandamientos, el génesis, y la vida muerte, pasión y resurrección de Jesús.
Para el Viernes Santo se amanecía con silencio total, se evitaban los trabajos pesados y el día transcurría entre reflexión, calma y participando de alguna actividad religiosa.
Algo que nunca podía olvidarse, era que las parejas se cuidaban de no tener relaciones sexuales, para no correr el riesgo de “quedarse pegado”.
Otro tema es que a diferencia de lo que se vive en la actualidad, la agenda artística no era tan activa como lo es hoy en día, donde los principales atractivos turísticos venden paquetes con un gran repertorio de artistas de distintos géneros.
La agenda religiosa, en especial dela Iglesia Católica, sigue muy activa con misas, viacrucis y el tradicional Sermón de las 7 Palabras, para cada vez son menos los asistentes a estos eventos.
Una tradición perdida es la “quema de Judas” y consitía en crear un muñeco de trapo el cual era quemado posteriormente.
El simbolismo era el triunfo del bien sobre el mal. Se utilizaba una figura de aspecto diabólico y con el paso del tiempo evolucionó a políticos corruptos y personas caídas en desgracia por diferentes circunstancias.
Algo que era una especie de “pecado mortal” y por ende, muy pocos se atrevía a violentar y por lo menos hacer público, era el comer carne (cerdo, vaca, pollo o de cualquier otra índole).
El plato principal era a base de pescado, guandules y habichuelas con dulce.
Ahora es una especie de orgullo o sinónimo de rebeldía y bienestar, cocinar abundante carne, en carderos gigantes colocados en fogón de leña, en montañas, ríos y hacerlo viral en redes sociales.
No se podía hablar en voz alta o usar términos inapropiados o malas palabras, ya que se consideraba que era haciendo un llamado a Lucifer.
Tampoco se debía regañar a los niños y era de suma importancia evitar los conflictos de todo topo.
Otros de las tradiciones de Semana Santa y que se ha perdido en el tiempo es que era prohibido usar vestimenta roja debido a que representa la sangre derramada por Cristo el día de su crucifixión.
Tampoco se podían hacer cortes de árboles, frutas ni de nada porque se creía que derramaría sangre.
Para el tradicional Viacrucis, las calles se inundaban desde grandes hasta chicos, aunque el acto religioso se sigue realizando, la realidad es que no cuenta con la misma asistencia que en épocas atrás.
LAS PISCINAS. La situación de sequía que vive el país ha limitado el uso de las piscinas improvisadas en calles de sectores populares del Gran Santo Domingo y que no tenían posibilidades de trasladarse al interior.
Para esta ocasión la Corporación de Alcantarillado de Santo Domingo pidió a la población racionalizar el agua, debido a la crisis que hay en esta área.
Incluso el tradicional evento que realizaba el entonces alcalde del Distrito Nacional, Roberto Salcedo, en el Malecón con decenas de piscinas para el disfrute de la población, ya ni se recuerda.