Tesla ha sido condenada por un jurado federal de San Francisco (EE.UU.) a pagar 3 millones de dólares en daños punitivos y 175.000 dólares en daños económicos a Owen Díaz, antiguo empleado de la megafábrica de Fremont, en California, según informa la cadena NBC. Díaz, un empleado de origen afroamericano, llegó a Tesla a través de una agencia de empleo en 2015 y trabajó durante años como ascensorista en la fábrica.
Según los reportes, soportó un ambiente de trabajo racialmente hostil durante su estancia en la empresa. Este veredicto marca un hito en la lucha contra el racismo en el lugar de trabajo en los Estados Unidos y se espera que tenga un impacto significativo en la industria automotriz y en otras empresas que enfrentan problemas similares.
El racismo en el lugar de trabajo es una forma de discriminación que socava la integridad y dignidad de las personas y que debe ser erradicado en todas sus formas.
Este fallo debe servir como un llamado de atención a las empresas para que tomen medidas efectivas para prevenir y abordar la discriminación racial en el lugar de trabajo, y garantizar la igualdad de oportunidades para todos sus empleados. Además, este veredicto demuestra que las empresas que toleran o fomentan la discriminación corren el riesgo de enfrentar consecuencias graves y costosas, no solo en términos económicos, sino también en términos de su reputación y su responsabilidad social.
En resumen, el veredicto en el caso de Owen Díaz y Tesla es un recordatorio importante de la necesidad de respetar y promover los derechos humanos y la dignidad de todas las personas, tanto en el lugar de trabajo como en todos los aspectos de la vida.