«La confianza sexual le debe pertenecer a cada mujer si sabe cómo encontrarla».
BBC MUNDO.-Esa es la premisa de una serie de programas de la BBC que presentó la comediante estadounidense Kemah Bob, quien se embarcó en un viaje hacia la confianza sexual con un grupo de activistas que se dedican a promover la educación sexual desde diferentes plataformas, principalmente por internet.
Si bien hay múltiples razones por las cuales podemos carecer de confianza en ese aspecto de nuestras vidas, muchas veces se trata de algo que «viene y va».
«Incluso antes de hablar de sexo, necesitamos averiguar cómo nos sentimos con respecto a nuestro cuerpo», señaló la presentadora.
Así que una de las preguntas claves es: ¿cómo sentirnos más positivas con respecto a nuestro cuerpo?
Paso 1: el cuerpo
Megan Jayne Crabbe tiene más de un millón de seguidores en Instagram e intenta usar la plataforma social para ayudar a quienes se sienten incómodos con su cuerpo.
Reconoce que desde muy niña tuvo problemas para aceptar su imagen.
«A los 10 años ya estaba haciendo dieta. Entre los 14 y los 16 años sufrí de anorexia y, después de recuperarme de eso, regresé a la cultura de las dietas y a perseguir esa imagen que nos dice que tenemos que ser bellas y felices. Fueron años de dietas yo-yo, de subir y bajar (de peso)».
Pero cuando tenía 21 años descubrió en internet a un grupo de personas de diferentes tallas y características que hablaban de la «positividad corporal«.
«Y decían: ‘No nos odiamos y tú no tienes que odiarte tampoco, no tienes que hacer dieta, permítete gustar por quién eres, tú eres más que un cuerpo’. Y eso para mí fue revolucionario».
Así comenzó su proceso personal de aceptación de su cuerpo que, entre muchas cosas, la ha llevado a estar alerta a contenidos nocivos que se difunden por diversas vías, entre ellas, las redes sociales.
Para Crabbe no es realista que de la noche a la mañana las personas experimenten un «amor enorme» por sus cuerpos tras «una vida en la que se les ha dicho que sus cuerpos no son lo suficientemente buenos».
Lo importante es trabajar en la creencia de que «todos los cuerpos, incluyendo el tuyo, merecen algo mejor de cómo han venido siendo tratados por la sociedad».
«Siempre he sentido que con respecto a las parejas sexuales, si no estás en una relación en la que puedes tener una comunicación abierta sobre cómo te sientes frente a tu cuerpo, eso para mí es una bandera roja porque todo en una relación sexual debería conducir a una comunicación honesta».
«Deberías poder hablar con tu pareja sobre cómo te sientes, si hay algo en particular que te hace sentir insegura, quizás necesitas un poco más de atención y cariño en esa parte o tal vez, menos».
«Es fundamental»- indicó- «que tratemos nuestros cuerpos con el amor y el respeto que merecen».
Paso 2: conversación
La activista y escritora Sangeeta Pillai creció en una comunidad en la que «no se hablaba de sexo».
Por eso, decidió fundar la plataforma feminista Soul Sutras.
«Hay muchas cosas de las cuales las mujeres surasiáticas no hablamos», cuenta. Por ejemplo: del sexo, los periodos, la salud mental. «Todo eso es importante».
«Mujeres como yo, en mi comunidad, en mi cultura, nos cuesta hablar de estos temas entre nosotras y Soul Sutras busca crear un espacio seguro para que podamos conversar sobre los tabúes que existen».
«Crecí en una familia india muy tradicional, con decir que fui la primera mujer que tuvo un empleo (formal)».
Para Pillai, es fundamental que ante todo «hablemos con nosotras mismas sobre el sexo».
«Nos debemos decir que somos bellas, poderosas. Nos tenemos que ver frente al espejo y decir: ‘Mírame, soy increíble‘. Así es como creo que debemos empezar».
Después podemos hablar con amigas, dice. «Quizás comenzar a normalizar el sexo porque es algo normal. Si no fuera por él no estaríamos aquí».
Es clave, señala, que las mujeres no sientan que deben hablar del sexo a escondidas, con vergüenza, sino que lo hagan de forma natural.
«De esa forma, creo que cambiamos las cosas, para sentirnos normales».
Y es que, como reflexiona Bob, «la pena y la vergüenza son emociones tan poderosas que pueden destruir nuestra confianza«.
«La vergüenza fue creada para mantenernos en nuestro lugar, para que no hiciéramos preguntas incómodas», señala Pillai, para quien la vergüenza es una emoción muy física.
«¿De dónde viene? No de mí, cuando nací no me sentí avergonzada. La sociedad me la introdujo».
Es importante expresarle nuestros deseos a nuestra pareja, pues al hacerlo hay más probabilidades de que sean satisfechos.
Al hacerlo, recomienda, es importante no usar un tono de confrontación.
«Si empiezas la conversación, por ejemplo, viendo televisión o tomando algo, puedes decir algo como: ‘¿Sabes qué? leí en una revista o en un libro algo que podríamos intentar la próxima vez‘. Ponlo de tu lado porque al final del día, la mayoría de las parejas quiere que tengamos orgasmos y que estemos felices».
«Hazlo parte del viaje más que convertirlo en el problema. Si los dos se divierten en esa travesía, será maravilloso».
Paso 3: consentimiento
Una de las misiones de la escritora y activista por la salud sexual Rukiat Ashawe es educar a los jóvenes sobre la sexualidad, teniendo en cuenta una amplia gama de perspectivas que incluye, por ejemplo, lo que dice la ley, les habla sobre lo que es la coerción, qué es una violación y sobre las implicaciones de enviar contenidos de índole sexual (sexting).
Aborda con ellos cuándo y cómo dar consentimiento para tener una relación sexual.
«El consentimiento se puede retirar en cualquier momento, puedes estar totalmente desnudo, haber avanzado, pero si la persona dice que no, ‘no quiero hacer esto’, entonces es un no y creo que muchas personas no entienden eso».
Y no solo se trata de escuchar la palabra «no», sino del lenguaje corporal de la otra persona.
«Si alguien se aleja, te empuja las manos para apartarlas de su cuerpo, si empiezas a (tener que) convencer a esa persona de seguir, ese es el momento en que se convierte en coerción».
Para Ashawe, unas relaciones sexuales geniales son planeadas.
«Cuando hablas de lo que vas a hacer, estableces tus límites con anticipación, obtienes el consentimiento sobre lo que puedes hacer».
No cree que preparar la experiencia sexual sea un anticlímax y ni que comunicarse con la pareja mate el momento.
«Cuando alguien te pregunta: ‘¿puedo hacer esto, puede hacer aquello?’ muestra que te respeta y que le importa tu placer», dice.
«Cuando conoces tu cuerpo, lo que te da placer, lo que te gusta, lo que no, eso te da confianza (…) ese conocimiento te empodera y te da seguridad para navegar por lo que es el consentimiento».
Paso 4: el placer
Las blogueras Florence Bark y Reed Amber, creadoras de la plataforma de «sexo positivo» Come Curious, creen que ser abiertos y hablar de sexo difundirá conocimientos valiosos y aliviará algunas ansiedades que rodean al tema.
Y uno de los temas de los que hay que hablar es sobre el placer femenino.
«Si no hablamos del placer y de cómo obtenerlo de una buena manera, no estamos teniendo la conversación sobre el consentimiento», señala Bark.
En muchas partes del mundo, reflexiona Amber, el placer sigue siendo un tabú.
«El sexo no termina cuando se produce la eyaculación, finaliza cuando ambos han conseguido placer«, indica Bark.
La activista reconoce que iniciar la conversación sobre lo que nos produce placer con nuestra pareja no siempre es fácil, pero es importante abordarlo.
Además, es parte del proceso exploratorio: «Por ejemplo: ‘¿te gusta cuando te toco aquí o allá?’ Es aprender a comunicarse y con eso te vas a sentir más cómoda para expresar lo que a ti te gusta«.
La educación sexual es la clave, dice Hannah Witton, una de las figuras más reconocidas de la llamada «sexualidad positiva» en Reino Unido.
Witton se hizo popular entre los millenials hablando de sexo, relaciones y los dilemas de los veinteañeros.
Para la bloguera es importante que las mujeres comprendan su propia sexualidad y usen herramientas educativas, que lean sobre cómo funciona el deseo, la excitación, que conozcan los órganos, que vean que hay diferentes tipos de cuerpos.
Y en el caso de las mujeres que ven porno de una manera sana como parte de su dinámica sexual, pero que sienten vergüenza, Witton las invita a que no sientan pena. «No hay nada malo contigo».
Es muy importante que si tienes alguna preocupación sobre tu salud sexual o sobre la relación sexual con tu pareja consultes con un médico o un especialista que te sabrá orientar. Pedir ayuda es clave para tu bienestar.