En el reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los años más calurosos que se registran actualmente serán algunos de los más frescos dentro de una generación.
Es preocupante si se tiene en cuenta que en los últimos meses se registraron en varios países de América Latina, temperaturas récords.
“La ciencia indica que cuando el incremento de la temperatura sobrepasa el 1,5°C, respecto al periodo preindustrial, hay una gran posibilidad de eventos catastróficos”, explica a RFI Manuel Rodríguez Becerra, cofundador del Centro de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe, y señala que ya se han visto algunos de estos eventos.
“En general todos los países deben tener como prioridad hoy en día la adaptación a los eventos climáticos extremos, que incluyen no solo las olas de calor que ha ido creciendo en frecuencia y en intensidad, sino también las olas de lluvias torrenciales e inviernos extremos como por ejemplo padecen en Colombia y Perú, con grandes inundaciones”, indica Rodríguez.
Destaca asimismo la zona andina, donde vive un gran grupo poblacional en montaña. Ahí las olas de calor no van a ser semejantes a las que se ven al nivel del mar.
Sequías y hambruna
El calor extremo en 2023 ha reducido en Argentina sus dos principales cultivos: la soja y el maíz. “¿Qué hacer para lidiar con olas extremas de calor? Es mas difícil que con las inundaciones. Con las inundaciones hay formas para evitar que sean tan masivas, con obras de ingeniería y soluciones basadas en la naturaleza. Pero en lo que se refiere a las sequías y a las pérdidas de cosechas, hoy en día no tenemos forma de enfrentarlo. Se requiere generar técnicas agrícolas y variedades de productos que aguanten las embestidas de las grandes sequías. Lo que significa es que puede haber hambre”, apunta el experto.
El verano austral acaba de terminar en el hemisferio sur. Según la dirección de Meteorología de Chile, febrero finalizó como el más caluroso de la historia en la zona centro-sur del país.
Durante ese mismo mes, se registraron mega incendios que devoraron cientos de miles de hectáreas de bosques y en el que murieron 26 personas. Si bien parte de estos incendios fueron iniciados por manos criminales, la sequía favoreció la combustión.