Los anticuerpos conjugados de nueva generación, un anticuerpo monoclonal que se dirige a la célula tumoral y libera un fármaco de quimioterapia para destruirla, se posicionan como una vía de tratamiento para los casos de cáncer de mama metastásicos y resistentes a otras estrategias terapéuticas.
Los anticuerpos conjugados son uno de los avances terapéuticos que se analiza en el 15 Simposio Internacional del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama que reúne en Sevilla, del 22 al 24 de marzo, a más de 700 especialistas bajo el lema “Lo que somos, lo que seremos”.
La medicina personalizada, la prevención o los grupos de riesgo son los principales asuntos a debatir con el fin de seguir dando pasos contra el cáncer de mama que cuenta, cada año, con unos 35.000 diagnósticos en España, es el tumor más frecuente en la mujer y que afecta a los hombres en un 1% del total de casos.
Los avances en oncología de los últimos 20 años sitúan la supervivencia en el 80% de los casos a los cinco años de diagnóstico, pero uno de los principales desafíos sigue siendo el cáncer de mama con metástasis que en muchos casos se vuelve resistente a los tratamientos que tratan de frenar su progresión.
Pero un 5 % de los casos totales debutan con metástasis, un desafío para la oncología y la investigación que trata de cronificar esta enfermedad que se vuelve resistente a los tratamientos.
Dos anticuerpos conjugados de nueva generaciòn, que algunos expertos describen como “un caballo de Troya” al introducirse en las células tumorales evitando dañar otras, mejoran la supervivencia sin aparición de la enfermedad en estos casos avanzados de los subtipos HER2 (trastuzumab deruxtecan) y triple negativo (sacituzumab govitecán), este último es el más agresivo y con menos opciones terapéuticas.
Según el doctor Manuel Ruíz-Borrego, oncólogo del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, estos tratamientos están suponiendo un cambio de paradigma en el tratamiento de los cánceres de mama metastásicos, en especial los triple negativos, el subtipo más agresivo y con menos opciones terapéuticas.
Prevenir con hábitos de vida saludables
Además de las estrategias terapéuticas, también se ha puesto el foco en la prevención del cáncer de mama con estilos de vida saludables.
En la rueda de prensa, Marina Pollán, directora del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), co-coordinadora del Grupo de Trabajo de GEICAM de Tratamientos Preventivos, Epidemiología y Cáncer Heredofamiliar, ha explicado que análisis recientes del estudio epidemiológico EpiGEICAM avanzan en el conocimiento de la influencia de la dieta y el ejercicio físico a la hora de padecer este tumor.
La ingesta de aceite de oliva virgen, cocinado y crudo, tiene un efecto protector frente al cáncer de mama, mientras que el alcohol, especialmente el que se consume en la adolescencia, está asociado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Así, la dieta mediterránea en las mujeres españolas podría reducir el riesgo de desarrollar un tumor de mama hasta en un 30% y que el riesgo de las mujeres con una vida sedentaria de padecer este cáncer es un 71% mayor al de aquellas que cumplen las recomendaciones internacionales de ejercicio físico.
Por su parte, la oncóloga Natalia Chavarría, del Hospital Universitario de Jerez de la Frontera (Cádiz), ha destacado la importancia de hacer ejercicio de forma regular ya que es beneficioso para disminuir los efectos secundarios de los tratamientos, reducir la fatiga y contrarrestar la depresión y la ansiedad.
Falta de financiación para los ensayos clínicos
Por otra parte, los oncólogos del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama se han quejado de la falta de financiación gubernamental y las trabas burocráticas para poner en marcha ensayos clínicos que salen adelante gracias al “voluntarismo” de los grupos cooperativos y de los médicos.
En la rueda de prensa para presentar el 15 Simposio Internacional de GEICAM, el presidente del grupo, el oncólogo Miguel Martín, ha criticado a la administración por “no ver el beneficio de los ensayos clínicos” y por provocar la “desmotivación” de los profesionales sanitarios.
España es el segundo país de Europa en número de ensayos clínicos, una tarea que recae en los grupos cooperativos de investigación que se quejan también del mal funcionamiento de los registros de pacientes.
“No hay investigación sin financiación, ya no somos Ramón y Cajal con su pequeño microscopio y su gran cerebro. Ahora necesitamos grandes aparatajes, tecnología punta, secuenciación… y cuesta mucho dinero, sin eso no se puede avanzar”, subraya Martín, también jefe del Servicio de Oncología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Para el presidente de GEICAM, la solución pasa por que la administración “invierta dinero en la investigación clínica, ya que hay muy pocas becas y muy mal dotadas”, y desarrolle una ley de mecenazgo que “tienen guardada en un cajón”.
La investigación en cáncer de mama ha permitido en los últimos 20 años conocer las “debilidades” de los tumores para poder clasificarlos y atacarlos con terapias diana más precisas y menos tóxicas que la quimioterapia y que sitúan la supervivencia en el 80 % de los casos.