Las 3 falsas creencias que influyen para que la pandemia aún continúe

Ya pasaron más de 3 años de la declaración del COVID como emergencia de salud pública global y aún no ha terminado. Se produjeron 4,1 millones de nuevos casos de personas con la infección y 28.000 muertes en el mundo durante el último mes reportado por la Organización Mundial de la Salud. En total, hubo más 6,8 millones de fallecimientos desde el inicio de la pandemia.

Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la directora de programas de VIH, salud y desarrollo, Mandeep Dhaliwal, alertó que persisten 3 mitos que hacen que la pandemia aún siga vigente como problema sanitario, social y ambiental de la humanidad.


“Tres años después, el mundo sigue esforzándose para responder a esta amenaza que persiste junto con otras crisis relacionadas, a pesar de que existen claras vías de intervención derivadas de décadas de aprendizajes de las respuestas contra epidemias”, escribió Dhaliwal.

El mundo sigue, desafortunadamente, poco preparado, sostuvo. Aún la humanidad no tiene “la capacidad para responder adecuadamente a una crisis sanitaria de esta magnitud, sin la preparación para enfrentar otras crisis, tanto actuales como futuras, y sin las herramientas para restablecer el progreso hacia la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el compromiso de no dejar a nadie atrás”, agregó. La experta detalló los 3 mitos:

Mito 1: La pandemia terminó

Es falso. La pandemia sigue cobrándose vidas: desde principios de 2020, es la quinta causa de muerte en el mundo, y podría considerarse la tercera si se toman en cuenta las muertes no reportadas. En los últimos doce meses, el mundo acumuló un exceso de mortalidad estimada en 4 millones de fallecimientos, la mayoría en los países de ingreso medio-bajo.

La amenaza de nuevas variantes y olas de contagio no ha disminuido, como tampoco lo ha hecho la gravedad potencial de esas variantes y sublinajes. “La persistente desigualdad en materia de vacunación agrava los lamentables resultados sanitarios, socava las perspectivas de una recuperación justa y reduce la esperanza de que la próxima vez sea diferente”, afirmó Dhaliwal.

Solo 1 de cada tres personas en los países de bajos ingresos ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19, mientras que los habitantes de los países de altos ingresos están teniendo acceso a múltiple vacunación de refuerzo.

Ese tipo de disparidades, como el acceso a la vacunación, contribuye a un mundo en el que el número de muertes por la COVID-19 ha sido 4 veces mayor en los países de ingreso bajo que en los de renta alta.

Además, subrayó que “no se están abordando las consecuencias y los riesgos a largo plazo del virus. Se calcula que al menos 65 millones de personas en todo el mundo padecen el COVID Prolongado o de larga duración.

Los casos aumentan cada día a medida que los científicos siguen descubriendo más vínculos con el aumento de los riesgos para la salud. “Es preciso comprender el impacto socioeconómico de esta enfermedad y es necesario lograr avances en el tratamiento” para el COVID Prolongado.

También consideró que hay más de un tipo de COVID de larga duración que requiere atención: “los efectos socioeconómicos en cadena que siguen afectando a los más rezagados”, subrayó. La brecha de género en la precariedad alimentaria se duplicó con creces entre 2019 y 2021.

2- La prevención y la preparación desvía recursos para las prioridades

Es falso. “La prevención de pandemias no desvía recursos, sino nuestra incapacidad para prevenirlas y prepararnos”, enfatizó Dhaliwal. Se estima que el COVID le costará a la economía mundial 12,5 mil millones de dólares hasta 2024, cientos de veces más de lo que hubiera costado invertir en medidas preventivas.

El riesgo de sufrir otra pandemia aumenta en un 2% cada año, y esto se ve exacerbado por la aceleración de la emergencia climática. Los recientes repuntes de la polio y la viruela símica —otras dos emergencias de salud pública de interés internacional— y la evolución de la gripe aviar H5N1 representan solo una parte de esta amenaza.

“La falta de inversión en prevención y preparación, la saturación de los sistemas sanitarios, el cansancio provocado por el COVID y la precipitación por declarar la victoria sobre esta pandemia significan que estamos más vulnerables que nunca a otra pandemia”, alertó.

3- Con algunos compromisos basta para resolver la crisis sanitaria

Es falso. De acuerdo con la especialista, “la pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas existentes y su incapacidad para proteger de forma adecuada y equitativa” a las personas.

Faltan programas inclusivos de protección social, se ha reducido el espacio de participación ciudadana, y las desigualdades entre y dentro de los países, y otros problemas sistémicos han contribuido a unos resultados desiguales que siguen amenazando vidas, medios de subsistencia y el progreso del desarrollo, afirmó.

La salud está en peligro. Esto es porque solo en 1 de cada tres países —la mayoría de ellos de ingresos altos— se espera que aumente significativamente el gasto en el sector salud con respecto a los niveles anteriores a la pandemia de aquí al 2027.

Entre 2022 y 2026, se calcula que los países en vías de desarrollo tendrán una demanda de financiamiento por 2,5 mil millones de dólares y si estas necesidades no se satisfacen, las crisis de deuda consiguientes podrían aumentar la pobreza al tiempo que obstaculizarían los esfuerzos de recuperación.

“Debemos trazar un rumbo diferente invirtiendo en soluciones innovadoras que prioricen la equidad y el acceso a la sanidad para no dejar a nadie atrás”, resaltó Dhaliwal.