Algunos efectos secundarios de algunos tratamientos pueden pasar desapercibidos, y este podría ser el caso de los laxantes. Un estudio reciente ha establecido un vínculo entre el uso frecuente de estos medicamentos y la aparición de demencia en edades avanzadas. La clave podría estar en nuestra microbiota.
Un efecto a largo plazo. Un estudio poblacional realizado a partir de datos de participantes británicos ha detectado un extraño patrón: la vinculación entre consumo habitual de laxantes y la aparición de demencia en la tercera edad.
Tras ajustar la estadística a otros factores de riesgo conocidos como la edad, sexo u otras enfermedades, los investigadores estimaron un incremento del riesgo de padecer demencia del 51% en el riesgo de padecer demencia entre aquellos participantes que habían declarado usar laxantes de forma regular.
No siempre igual. En su estudio, el equipo de investigadores pudo analizar algunos factores que modulaban esta relación. Así, por ejemplo, hallaron que entre aquellos que habían consumido diversos tipos de laxantes el riesgo ascendía mucho más que entre aquellos que se habían limitado a un solo tipo de laxante.
También descubrieron un aumento relativo de los casos entre aquellos que habían utilizado laxantes osmóticos. Los laxantes osmóticos son medicamentos que funcionan haciendo acumular agua en el colon para así ablandar las heces. Se trata de un tipo de tratamiento que se desaconseja utilizar de forma regular, recomendación que no es siempre seguida.
“Nuestra investigación halló que el uso regular de laxantes de venta libre estaba asociada a un mayor riesgo de demencia, especialmente en aquellas personas que utilizan múltiples tipos de laxantes o laxantes osmóticos”, resumía en una nota de prensa Feng Sha, uno de los autores del estudio.
Datos de medio millón de personas. El estudio se realizó a partir de datos de 502.229 participantes en un biobanco de datos británico. De ellos un 3,6%, o 18.235 personas, declararon haber utilizado laxantes de venta libre de forma regular, entendiendo como tal el uso de éstos la mayor parte de los días en las semanas del mes previo al cuestionario.
Los investigadores estudiaron la aparición o no de demencia tras un periodo de 10 años posterior a este análisis del consumo de laxantes. Los detalles del estudio han sido publicados en la revista Neurology, publicada por la Academia Americana de Neurología.
Correlación sí, ¿pero cuál es la causa? Los autores inciden en que el estudio muestra una relación entre el consumo regular de laxantes y la aparición de demencia en la tercera edad, pero no están seguros de cómo funcionan las interconexiones causales detrás de esta correlación. En cualquier caso, de lo que puede hablarse en base al estudio es de los laxantes como factor de riesgo en la aparición de demencia.
Los autores del artículo señalan que la microbiota intestinal puede tener mucho que ver con esta relación. Cada vez está más claro para los científicos que la microbiota de nuestro sistema digestivo afecta a nuestra salud mucho más allá. Y la demencia es una de estas enfermedades cuya aparición se ha vinculado a la microbiota.
“El uso Regular de laxantes puede cambiar el microbioma gastrointestinal, posiblemente afectando a la señalización nerviosa del intestino al cerebro o incrementando la producción de toxinas intestinales que pueden afectar al cerebro,” señalaba Sha.
Un paso en la prevención. El estudio podría ayudar a mejorar nuestra capacidad de prevenir enfermedades degenerativas, unas enfermedades que han aumentado en nuestras sociedades de manera considerable, especialmente debido al aumento en la esperanza de vida. Sin, además, enfemedades muy difíciles de tratar.
A pesar de ello la recomendación de no abusar de medicamentos laxantes (o de cualquier medicamento, al caso) no es nueva. Que un tratamiento sea de venta libre no implica que tengamos que olvidar esta precaución.
En el caso de los laxantes existen distintas recomendaciones a seguir antes de acudir a su consumo, como aumentar nuestra ingesta de alimentos ricos en fibra como frutas y verduras frescas, beber abundante líquido y mantener una vida activa.