Una vez más ocurrió. Las usuarias en las redes denunciaron que hubo prácticas racistas durante la inauguración de una tienda en la ciudad turística colombiana de Cartagena (Bolívar) donde las modelos posaban junto a mujeres vestidas como habitantes de San Basilio de Palenque, un corregimiento conocido como el «primer pueblo libre de América» y constituido por afrodescendientes.
En la presentación de la sede de la marca de trajes de baño Baobab [nombre de un árbol nativo de África] en esa ciudad, las modelos fueron ubicadas junto a mujeres trajeadas con amplias faldas y pañoletas blancas, a semejanza de las palenqueras, descendientes de africanos esclavizados que conformaron esa población libre en el siglo XVII, a 50 kilómetros de Cartagena.
Históricamente las palenqueras han sido discriminadas en esa capital, a la que acuden a vender dulces criollos a base de frutas, cultivadas en sus huertos familiares. Las autoridades les tienen prohibida la entrada a varios lugares y constantemente las persiguen.
Algo que también sorprendió negativamente a las internautas es que, al igual como ocurre en la cotidianidad, a las afrodescendientes no se les permitió la entrada al local comercial, a pesar de que fueron fotografiadas y posaron junto a distintas personalidades a las afueras del local.
Palenque en cifras
Palenque de San Basilio fue declarado en 2005 como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, sin embargo, sus habitantes no escapan de la precarización laboral y el conflicto armado que se ha extendido por décadas en el país.
En ese corregimiento, donde habitan unas 3.500 personas, también hay carencia de energía eléctrica, agua potable y telefonía, y deficiencia de instalaciones sanitarias y vialidad, entre otros.
Y es que la falta de empleo afectó a 15,2 % de los negros, afrocolombianos, raizales o palenqueros, según cifras de 2022 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), mientras que para las mujeres del mismo grupo étnico la tasa fue 21,5 %.
Las mujeres palenqueras tienen como fuente de ingreso la venta de los productos de sus siembras familiares, principalmente. Sin embargo, en otras oportunidades se ha denunciado su «instrumentalización» y «explotación» como atractivo turístico.
La población afrodescendiente en Colombia se estima en cuatro millones de personas, aunque hay controversia sobre esa cifra.
Lluvia de críticas
Varias mujeres expresaron su malestar en las redes, a través de trinos y videos en la plataforma TikTok, en la que analizaron el mensaje que promovió la marca de ropa.
Una de ellas fue la escritora y columnista Vanessa Rosales, que sentenció que el «fashion’ clasista y racista expiró».
En una serie de tuis, Rosales dijo que esa empresa de moda llegó a una «ciudad de herida colonial, racista y y desigual».
«La tienda, preciosa por dentro, no acoge a esas mismas mujeres que son parte del ‘festín’. Es decir, la violencia simbólica es feroz: hay una frontera», escribió.
En otra de sus interacciones pidió que cesaran ese tipo de conductas discriminatorias.
«Tienen todos los insumos disponibles para evadir este tipo de prácticas obtusas que solo reproducen el colonialismo, el racismo y la exclusión. El discurso de la moda del euronorteamericana del siglo XX hace muchísimo que se venció», sostuvo la escritora.
Otra usuaria lamentó que se ha «normalizado» que «las mujeres negras acompañen el festejo y el entretenimiento y que adentro no exista ni rastro de ellas».